La invasión rebelde
Derrotada la ofensiva de verano contra la Sierra, cuyo objetivo era la captura o muerte de Fidel y la total destrucción de la insurrección, comenzó la contraofensiva rebelde. El plan estratégico elaborado por Fidel priorizaba la extensión de la guerra a todas las provincias, por lo que se organizaron nuevos frentes y columnas. También se proponía golpear la base económica de la dictadura y hacer fracasar las elecciones previstas para el 3 de noviembre.
Como parte de ese plan, el 21 de agosto partió con la misión de llegar a Pinar del Río y establecer allí un frente guerrillero, la columna invasora no. 2 Antonio Maceo, al mando del comandante Camilo Cienfuegos Gorriarán. Diez días después avanzaría hacia el centro otra columna insurrecta: la no. 8 Ciro Redondo, al mando de Ernesto Che Guevara de la Serna. Tras múltiples dificultades, ambas arribaron a Las Villas.
Camilo combatió en el Frente Norte, donde organizó numerosas acciones contra el ejército y trabajó en pro de la unidad de las fuerzas revolucionarias. Su victoria en Yaguajay lo convirtió para siempre en el Héroe de Yaguajay. Por su parte, la columna del Che, emprendió la campaña de Las Villas, una poderosa ofensiva en la que se liberaron numerosos pueblos; se descarriló el tren blindado y se enfrentó su bien armada dotación, último intento de las fuerzas del tirano por reforzar la zona centroriental. En la batalla de Santa Clara demostró ser todo un maestro de la lucha guerrillera. Desde las lomas del Capiro y tras enconados esfuerzos, logró rendir las dotaciones que defendían la clínica Marta Abreu, la Audiencia y el último reducto: el cuartel sede del regimiento Leoncio Vidal, cuyas fuerzas capitularon al mediodía.
Cumpliendo órdenes de Fidel, ambos avanzaron hacia La Habana: el Che con la misión de tomar la fortaleza de San Carlos de la Cabaña, mientras Camilo avanzaba hacia el campamento militar de Columbia (hoy Ciudad Escolar Libertad).
Cuando Fidel llegó a La Habana el 8 de enero, en la Caravana de la Libertad, Camilo y el Che se unieron a él.
Esta invasión, a la vez que ponía en pie de lucha la Isla toda, replicaba la llevada a cabo en 1895 por Máximo Gómez y Antonio Maceo, demostrando que los nuevos mambises tenían como referente a los patriotas de la centuria anterior.