Hombres de Ciencia

Por Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz
31 de Agosto de 2021

Fragmentos del discurso pronunciado por el Comandante Fidel Castro Ruz, en el acto celebrado por la Sociedad Espeleológica de Cuba, en la Academia de Ciencias, el 15 de enero de 1960.

 

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Afortunadamente, como no presumo ni de orador, ni de científico, ni mucho menos me voy a creer que tenga méritos para ser miembro, tenga méritos especiales, ni siquiera mínimos, para ser miembro de esta Sociedad, y que realmente veo en ello un gesto generoso y amable por parte de mis nuevos compañeros, vengo a expresar simplemente algunas ideas surgidas al calor del ambiente que reina en esta institución, y sobre todo, en el transcurso de las palabras del compañero Núñez Jiménez.

 

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Gracias a esos conocimientos de Núñez Jiménez, hemos explorado numerosos lugares del país que hoy se están convirtiendo en centros de riqueza para nuestra patria; gracias, en fin, a esa experiencia y a esos conocimientos que él, conjuntamente con sus compañeros, fueron adquiriendo durante años, por simple amor al conocimiento; por esa curiosidad de todo hombre intelectual de escrutar la naturaleza, de descubrir sus secretos, y tal vez también como una premonición, aunque lejana, de que algún día aquellos descubrimientos que ellos estaban realizando, habrían de ser muy útiles a la patria.

 

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Por eso, el trabajo de Núñez Jiménez y sus compañeros no fue solo un trabajo científico, fue también un trabajo humano, y fue, sobre todo, un trabajo revolucionario.  Hoy, en la patria nueva, en la patria verdaderamente libre, los científicos, los investigadores, tienen todas las oportunidades, sobre todo, la gran oportunidad de que cada una de las cosas que realicen, cada uno de los esfuerzos que hagan, van a beneficiar directamente a su pueblo y a su patria.  Hoy tienen la satisfacción de saber que hay un gobierno revolucionario que busca la verdad, que necesita de los científicos, que necesita de los investigadores; porque es el minuto en que todas las inteligencias tienen que ponerse a trabajar, en que todos los conocimientos no son suficientes para la obra que se realiza y son necesarios más conocimientos:  y así, el científico, como el artista, tiene hoy el escenario ideal donde su inteligencia y su talento pueden encontrar desarrollo pleno en busca de la verdad y del bien, porque ha entrado la patria por el sendero de la verdad, porque ha entrado la patria por el sendero de la justicia, por el camino donde no se persigue la inteligencia sino que se le estimula y se le premia:  ha entrado la patria por el camino en que es necesario que todos nos pongamos a estudiar y nos pongamos a investigar, por el camino en que, no un grupo selecto, sino la juventud en masa se dedique a investigar nuestras grutas, a escalar nuestras montañas, a explorar nuestros valles, porque hoy, lejos de encarcelar al que escale una montaña, se estimula y se honra al que escale una montaña; lejos de mirar con suspicacia, con la suspicacia de aquellos que temen a la naturaleza, porque ven en la naturaleza la fuerza que pueden destruirlos, ven por el contrario en la naturaleza la fuerza aliada; ven en la juventud que escala montañas, en la juventud que explora los caminos y los montes, en la juventud que explora las grutas, la juventud que busca el contacto con la naturaleza y la alianza con la naturaleza, que será la eterna aliada de nuestro pueblo; porque solo los intereses egoístas, solo los privilegios pueden estar divorciados de la naturaleza, porque son precisamente antinaturales; pero la justicia, la idea del bien, la idea del progreso, tienen que estar necesariamente aliadas a la naturaleza, porque son cosas que concuerdan.

 

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Así que nosotros tenemos que convertir a la gente joven, tenemos que despertar en ellos esta actividad y ojalá que en los años venideros crezca la sociedad espeleológica y crezcan nuestras instituciones científicas; ojalá que legiones de cubanos se sumen.  Hoy todavía es un círculo reducido el círculo de los investigadores, porque las circunstancias le dificultaron el camino a la inteligencia.

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El futuro de nuestra patria tiene que ser necesariamente un futuro de hombres de ciencia, tiene que ser un futuro de hombres de pensamiento, porque precisamente es lo que más estamos sembrando; lo que más estamos sembrando son oportunidades a la inteligencia; ya que una parte considerabilísima de nuestro pueblo no tenía acceso a la cultura, ni a la ciencia, una parte mayoritaria de nuestro pueblo.  Era una riqueza de la cual no podía nada esperarse porque no tenían la oportunidad […].

 

¡Cuántas inteligencias se habrán desperdiciado en ese olvido! ¡Cuántas inteligencias se habrán perdido! Inteligencias que hoy se incorporarán a la vida de su país; inteligencias que hoy se incorporarán a la cultura y a la ciencia, porque para eso estamos convirtiendo las fortalezas en escuelas; para eso estamos construyendo ciudades escolares; para eso estamos llenando la Isla de maestros, para que en el futuro la Patria pueda contar con una pléyade brillante de hombres de pensamiento, de investigadores y de científicos.

 

Ustedes, que han sido los pioneros, verán cómo algún día no lejano, empiezan a cosecharse los primeros frutos de la semilla que hoy estamos sembrando para que deje de ser la cultura, deje de ser la universidad, lugar donde solo tiene acceso una parte de nuestro pueblo, para que todo nuestro pueblo tenga acceso a ella. Por eso, nosotros consideramos que el mejor sistema es aquel que le brinda la oportunidad de ir a la universidad, no al privilegio sino a la inteligencia. Y así pensamos organizar las escuelitas en los campos y así pensamos organizar los centros secundarios de enseñanza rural y así pensamos organizar las ciudades escolares, de manera que los niños más inteligentes, los más inteligentes de cada escuela, tengan oportunidad de llegar a las universidades y tengan oportunidad de escalar los lugares más destacados de nuestra cultura [... ]

 

Lo que esperamos de ustedes es que continúen trabajando, porque Cuba necesita de ustedes mucho; Cuba necesita mucho de los hombres de pensamiento, sobre todo de los hombres de pensamiento claro, no solo hombres que hayan acumulado conocimientos; hombres que pongan sus conocimientos del lado del bien, del lado de la justicia, del lado de la Patria, porque vivimos en estos momentos en que el papel del pensamiento es excepcional, porque solo el pensamiento puede guiar a los pueblos en los instantes de grandes transformaciones y en los momentos en que se emprenden grandes empresas como esta que está llevando adelante nuestro pueblo.

 

Y entre los hombres de pensamiento hay que librar la batalla, entre los hombres de pensamiento hay que formar la legión que brinde los recursos de su inteligencia a la Revolución en esta hora, porque hombres hay que han acumulado pensamientos, pero no los emplean sino en beneficio de sus propios intereses, no los emplean sino egoístamente, y necesitamos hombres de pensamiento que lo empleen en bien de los demás.

 

Nota:

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