Hacia Santo Domingo y Haití: sumando emigraciones

Por María Luisa García Moreno
Ilustración: 
21 de Septiembre de 2022

Ilustración: Luis Bestard Cruz

Hace 130 años, una vez cumplida la misión que lo había llevado a la República Dominicana, de incorporar a Máximo Gómez Báez a la labor de preparación de la guerra necesaria como máximo jefe del ramo militar,1 Martí emprendió el caminoa caballo, acompañado de un guía, a través de la cordillera central de aquella isla hermana. Continuaría así su labor de prédica patriótica en aras de unir a la causa lidereada por el Partido Revolucionario Cubano (PRC) a los diferentes grupos de emigrados dispersos por el continente.

 

Pasó la noche en La Vega, la casa de Eleuterio Hatton (Guamutas, Matanzas, 1854-Barahona, República Dominicana, 1924), quien más adelante, en 1895, le prestaría decisiva ayuda en la preparación de su viaje hacia la manigua; al amanecer del 16 de septiembre, reanudó el viaje, rumbo a Santo Domingo de Guzmán, la Ciudad Primada de América, y sobre las dos o las tres de la madrugada del siguiente día se desmontó a la puerta del hotel Universo.

 

En esa ciudad, tuvo la oportunidad de conocer a Federico Henríquez Carvajal (Santo Domingo, 1848-1952),2 relevante intelectual dominicano, y visitarlo en su casa, donde fue acogido como “huésped bien amado y bienvenido”.3 Juntos recorrieron lo más céntrico de la ciudad y, entre otros sitios, la Sociedad de Amigos del País y la Catedral Primada,4 en la que un grupo de personalidades le mostró el sitio donde se conservaban entonces los restos mortales del almirante Cristóbal Colón.

 

En el edificio de dicha sociedad, el 18 de septiembre de 1892, se realizó un acto de solidaridad con la independencia cubana. En esa ocasión, Martí pronunció un emotivo discurso ante numeroso público e hicieron uso de la palabra los hermanos Federico y Francisco Henríquez Carvajal.

 

Mucho después, el 25 de marzo de 1895, Martí escribió a Henríquez Carvajal: “De Santo Domingo ¿por qué le he de hablar? ¿Es eso cosa distinta de Cuba? ¿Vd. no es cubano, y hay quien lo sea mejor que Vd? ¿Y Gómez, no es cubano? ¿Y yo, qué soy, y quién me fija suelo? ¿No fue mía, y orgullo mío, el alma que me envolvió, y alrededor mío palpitó, a lo voz de Vd., en la noche inolvidable y viril de la Sociedad de Amigos? […]”.5

 

Casi en la madrugada del día 19se embarcóy desde el muelle de Barahona se dirigió a la casa del gobernador, quien le brindó alojamiento y, sobre las cinco de la tarde del siguiente día, a lomo de un mulo y con dos guías de confianza, partió rumbo a Port-au-Prince, en la frontera con Haití y se hospedó en el hotel Francia.

 

El cónsul dominicano avisó de su llegada y los cubanos de esa localidad haitiana acudieron a saludarlo. El día 25 fue presentado a la dirección del club Guarionex y Hatuey, cuyo presidente le dio la bienvenida; allí, ante la emigración cubana y puertorriqueña, pronunció un discurso que llamaba a la unidad y clamaba por la independencia patria.

 

Tuvo que permanecer en Port-au-Prince durante varios días, a causa de una epidemia que afectó el tráfico marítimo y aprovechó el tiempo para participar en varias reuniones de carácter político; aunque también fue objeto de diferentes agasajos.

 

Desde ahí viajaría a Kingston, Jamaica, en busca de la familia de Antonio Maceo Grajales, el Titán de Bronce.

 

Referencias:

 

1Véase en esta página web María Luisa García Moreno: “A Dominicana en busca de Gómez”.

2Maestro y director de la Escuela Normal, catedrático de Derecho Constitucional y Público, profesor y vicedirector de la Universidad de Santo Domingo, ferviente amigo y servidor de la causa cubana.

3Federico Henríquez Carvajal: “Martí en la Primada de América”, cit. por Fernando Abel Henríquez: Primer viaje de Martí a la República Dominicana y su única visita a la ciudad de Santo Domingo de Guzmán,trabajo presentado al XI Congreso Nacional de Historia, Impresora Modelo S. A., La Habana, 1956, p. 17.

4Catedral de Santo Domingo o Basílica Menor de Santa María, cuyo nombre oficial es Santa Iglesia Catedral Basílica Metropolitana de Nuestra Señora Santa María de la Encarnación o Anunciación, en Santo Domingo, República Dominicana.

5José Martí: “Carta a Federico Henríquez Carvajal”, en Obras completas, t. 4, Centro de Estudios Martianos, La Habana, 2007, p. 111. Esta carta es considerada su testamento antillanista. Véanse en esta web María Luisa García Moreno: “25 de marzo: un día fructífero en la bitácora martiana” y “Las cartas testamento de José Martí”.