El primer Día de la Patria
Fructífera resultó la visita de José Martí a Cayo Hueso, el Peñón Heroico, adonde había llegado desde el 9 de noviembre de 1892 y fue recibido por miembros de los clubes y cuerpos de consejo, la mucha gente nucleada en torno al Partido Revolucionario Cubano (PRC), constituido el 10 de abril del propio año.
Al día siguiente hizo uso de la palabra ante el numeroso público reunido en el club San Carlos y se refirió a su recorrido por la República Dominicana, Haití y Jamaica, gira donde se habían fortalecido los grupos de emigrados radicados en esos territorios. Estuvo presente el día 11 en la sesión extraordinaria de la Convención Cubana e informó al cuerpo de consejo local acerca de las actividades realizadas en su periplo antillano; insistió en la necesidad de refrenar la impaciencia y aguardar la orden del PRC para lanzarse a la lucha; además informó acerca de su entrevista con el general Máximo Gómez.
Entre el 16 y el 20 de noviembre, estuvo en diversas organizaciones partidistas y asociaciones de recreo, en el club Protectoras de la Patria y el Instituto Cunill. Impartió en el San Carlos una conferencia en inglés a petición del periódico Equator Democrat. Llevó a cabo durante esos días una intensa labor de agitación patriótica.
Asistió el 2 de diciembre a la reunión del cuerpo de consejo, en la que se acordó (propuesta hecha por él), instituir el Día de la Patria —donación del salario de una jornada para los fondos del Partido—, que aportaría un importante capital para la preparación de la guerra. Se decidió comenzar la recaudación entre los afiliados el 6 de diciembre, fecha en que, de hecho, se celebró el primer Día de la Patria.
La sugerencia martiana de donar un día de haber fue aceptada; a ella se sumaron las emigraciones cubanas organizadas por el Partido en clubes y cuerpos de consejo, en diferentes ciudades de Estados Unidos y América, de manera que cada mes, los emigrados cubanos donaban un día de su salario a la Revolución.
Se despidió del Cayo en un mitin de masas que se efectuó en el club San Carlos el 7 de diciembre. En ese momento se refirió Martí a la necesidad de rechazar enérgicamente la anexión a Estados Unidos y lograr la independencia de Cuba. Desde allí marchó a Tampa.
En más de una ocasión hizo alusión nuestro Héroe Nacional a esta iniciativa a través del periódico Patria. Por ejemplo, el 1.º de abril de 1893, escribió: “De paso, solo puede Patria tomar nota hoy del fervor con que […] han confirmado los cubanos esta institución continua y sencilla ¡suficiente, ella sola, para redimir a nuestro país!”.1 Hablaba Martí de hacer y publicar una lista —la lista de honor— en la que debían figurar los nombres de todos aquellos que contribuían con el “apremiante deber” de donar “un día de trabajo al mes para el tesoro de la Revolución, el Día de la Patria”. Y concluía:
“[…] ¡será como un libro de orgullo, como un libro de hermanos!”.2
Mucho más adelante esta noble tradición resurgiría con la Revolución y muy similares objetivos: contribuir a la sustentación de las Milicias de Tropas Territoriales, punta de lanza de la “guerra de todo un pueblo”, estrategia concebida para hacer frente a quienes aún hoy pretenden arrebatarnos la soberanía. Tiempos diferentes, pero idéntico sentir: el amor a la independencia y soberanía patrias.
Referencias:
1 José Martí: “El Día de la Patria”, en Obras completas, t. 2, Centro de Estudios Martianos, La Habana, 2007, p. 282.
2 ______________: “El Día de la Patria. La lista de honor”, en ob. cit., t. 4, p. 435.