La Conferencia Monetaria de las Repúblicas de América”: implacable alegato martiano

Por: María Luisa García Moreno
03 de Mayo de 2022

José Martí en la Comisión Monetaria Internacional Americana. Actas

Entre el 7 de enero y el 8 de abril de 1891, se reunió en Washington la Comisión Monetaria Internacional, a la que Estados Unidos convocó con el propósito de asentar su hegemonía en el continente e imponer la plata como moneda de cambio.

 

A pesar de las trabas impuestas por Estados Unidos, que impidieron su participación como delegado de Uruguay en la primera sesión,[1] Martí tomó parte activa en los debates. De su trascendente actuación dan fe de los siguientes datos: realizó el 10 % del total de intervenciones y fue el segundo, luego del presidente de la Conferencia, en hacer uso de la palabra; integró tres de las cinco comisiones que laboraron durante el encuentro y fue el encargado de la redacción del informe final. Al decir del investigador Pedro Pablo Rodríguez, “Uruguay vibró por la palabra del cubano, quien interpuso su talento, su capacidad negociadora y de convencimiento para echar por tierra el intento de la naciente potencia imperial de conducir a Nuestra América en pos de sus intereses hegemónicos”.[2]

 

De igual modo, de septiembre de 1889 amayo de 1891, redactó doce crónicas periodísticas, diez para La Nación, de Buenos Aires; una para el periódico mexicano El Partido Liberal, yun largo informe paraLa Revista Ilustrada, de Nueva York.[3]En este último, Martí defendió el criterio de que América promoviera“todo lo que acerque a los pueblos” y rechazara “todo lo que los aparte”;[4] la aceptación del patrón plata alejaría a América de algunos países europeos, importantes socios comerciales.

 

Martí —más adelante,escribiría a su amigo mexicano Manuel Mercado “Viví en el monstruo, y le conozco las entrañas […]—[5]desconfiaba de las verdaderas intenciones de Washington y consideraba que “[…]Si dos naciones no tienen intereses comunes, no pueden juntarse. Si se juntan, chocan”.[6] Y con bella metáfora explicó: “Dos cóndores, o dos corderos, se unen sin tanto peligro como un cóndor y un cordero […] Prever es la cualidad esencial, en la constitución y gobierno de los pueblos. Gobernar no es más que prever. Antes de unirse a un pueblo, se ha de ver qué daños, o qué beneficios, pueden venir naturalmente de los elementos que lo componen”.[7]

 

Martí, implacable, criticóa Estados Unidos: “Creen en la necesidad, en el derecho bárbaro, como único derecho: ‘esto será nuestro, porque lo necesitamos’. Creen en la superioridad incontrastable de ‘la raza anglosajona contra la raza latina’. Creen en la bajeza de la raza negra, que esclavizaron ayer y vejan hoy, y de la india, que exterminan. Creen que los pueblos de Hispanoamérica están formados, principalmente, de indios y de negros. Mientras no sepan más de Hispanoamérica los Estados Unidos y la respeten más […] ¿pueden los Estados Unidos convidar a Hispanoamérica a una unión sincera y útil para Hispanoamérica? ¿Conviene a Hispanoamérica la unión política y económica con los Estados Unidos?”[8]

 

Y añadió: “Quien dice unión económica, dice unión política. El pueblo que compra, manda. El pueblo que vende, sirve. Hay que equilibrar el comercio, para asegurar la libertad. El pueblo que quiere morir, vende a un solo pueblo, y el que quiere salvarse, vende a más de uno. El influjo excesivo de un país en el comercio de otro, se convierte en influjo político […] Cuando un pueblo fuerte da de comer a otro, se hace servir de él. Cuando un pueblo fuerte quiere dar batalla a otro, compele a la alianza y al servicio a los que necesitan de él. Lo primero que hace un pueblo para llegar a dominar a otro, es separarlo de los demás pueblos […] La unión, con el mundo, y no con una parte de él; no con una parte de él, contra otra […]”.[9]

 

Aunque representante de Uruguay, Martí defendió “[…] los derechos patentes de los países americanos”.[10]Muchas de sus reflexiones en esta crónica mantienen plena vigencia en este mundo donde “[…] las multinacionales estadounidenses controlan una gran parte del mercado mundial y ejercen una fuerte influencia en la vida política de muchos países de América Latina y del Tercer Mundo, e incluso de los países desarrollados […]”.[11]“[…] Así, gracias a la imposición de su sistema monetario, Estados Unidos ejerce un control sobre las economías de los países del Sur y sanciona a las naciones díscolas, como lo ilustra el caso de Cuba hoy”.[12]

 

La 9na. Cumbre de las Américas, a celebrarse en Los Ángeles, Estados Unidos, del 8 al 10 de junio 2022, en la que se pretende excluir a Cuba, es también, en alguna medida, muestra de la prepotencia imperial.

 

Referencias:


[1] Véase en esta página el artículo “Martí,¿diplomático?”

[2] Pedro P. Rodríguez: “Martí, protagonista de la Conferencia Monetaria Internacional Americana”,

[3] José Martí: “La Conferencia Monetaria de las Repúblicas de América, La Revista Ilustrada, mayo de 1891, en Obras completas, t. 6, Centro de Estudios Martianos, La Habana, 2007, pp. 157-167.

[4]_____: “Informe”,en ob. cit., p. 153.

[5]_____: “Carta a Manuel Mercado”, 18 de mayo de 1895, en ob. cit., t. 4, p. 168.

[6]_____: “La Conferencia Monetaria de las Repúblicas de América”, ob. cit., t. 6, p. 158.

[7]Ibidem, p. 159.

[8]Ibidem, p. 160.

[9]Ibidem.

[10]Paul Estrade: “La acción de José Martí en el seno de la Comisión Monetaria Internacional Americana”, en Martí en su siglo y en el nuestro, La Habana, Centro de Estudios Martianos, 2008, p. 19.

[11] Salim Lamrani : “José Martí y las conferencias internacional y monetaria: Alegato por la independencia económica de Nuestra América”, en http://www.josemarti.cu/dossier/

[12]Ibidem.