Abogado de las causas justas

Por María Luisa García Moreno
26 de Abril de 2023

Fidel recién graduado. Foto: OAH / En el bufete de Tejadillo. Foto: Fidel soldado de las ideas

En esta serie de trabajos acerca de la gestación del pensamiento revolucionario de Fidel, me he referido a su labor como abogado de causas justas, la cual revela una profunda comprensión de la profesión que había elegido como medio de impartir una verdadera justicia y no para lucrar, como era común en los letrados.1 El propio Fidel se refirió al tema cuando expresó: «[…] durante 1950, 1951 y los primeros meses de 1952, creo que ejercí la profesión de abogado de forma noble y desinteresada, a pesar de que existía la tradición de pagar bien los servicios de los abogados […]».2

 

En el primer trimestre de 1951, el bufete Azpiazo-Castro-Rasende, presentó una demanda contra la Cuban Telephone Company, en la cual se exigía la rebaja de las tarifas. El monopolio yanqui empleó como estrategia la dilatación del proceso, que se extendió hasta 1954 (Fidel, que ya había protagonizado el asalto al Moncada, fue sustituido por el abogado Pelayo Cuervo Navarro),3 cuando los demandantes obtuvieron un fallo favorable, por lo que la compañía debería rebajar las tarifas. Sin embargo, la Cuban Telephone Co. canceló sus nuevas inversiones en el país como medio de presión, primero durante el gobierno de Prío, y tras el cuartelazo de Fulgencio Batista Zaldívar (10 de marzo de 1952), logró que el dictador anulara la decisión del tribunal. Como pago por su servilismo, Batista recibió un teléfono de oro macizo. En marzo de 1959, una de las primeras medidas del Gobierno Revolucionario sería la nacionalización de ese monopoliomediante la expropiación forzosa.

 

También litigó Fidel contra la Warner Sugar Corporation, dueña del central Miranda, ubicado a 27 kilómetros de Birán, la cual había sembrado durante años en las tierras de la familia Hevia. De acuerdo con los propietarios de los terrenos, Fidel calculó que la compañía yanquidebería pagar una indemnización mínima de 17 000 pesos.Puestas las pruebas sobre la mesa, laWarner Sugaraccedió a desembolsar la suma total sin que se le interpusiera pleito en los tribunales.

 

Esa forma de ejercer su profesión les facilitó a los noveles abogados del bufete de Tejadillo no. 57, ganar experiencia profesional. Y también les proporcionó algún muy modesto beneficio económico que, a la vez, les permitió mejorar un poco el aspecto del bufete, para lo cual encargaron al carpintero Rubén López4 la construcción de algunos muebles. Rubén y el pintor César Augusto Fonseca Reytor5 terminaron con rapidez el encargo. A pesar del breve tiempo invertido en esta labor, ambos obreros hicieron amistad con los tres abogados. 

 

En el segundo semestre de 1951, fueron los obreros quienes acudieron en busca de los servicios de Fidel, porque el dueño del edificio donde se hallaba el taller había decidido venderlo. El nuevo propietario tenía otros intereses y solo les dio 48 horas para vaciar el local. Por mediación de Fidel y, luego de algunos incidentes no muy ortodoxos, el nuevo dueño, a modo de indemnización, les entregó dinero suficiente para que alquilaran otro lugar.

 

Cuando en 1952, tras el golpe de Estado, el dictador —con el propósito de mejorar su deteriorada imagen pública— prometió erigir un monumento a la memoria de Martí en lo que hoy es la Plaza de la Revolución, y los humildes vecinos de la zona fueron notificados de que disponían solo de una semana para abandonar sus hogares y que se les indemnizaría con veinticinco pesos por núcleo, Fidel aceptó el caso de los desamparados pobladores.Tras un arduo quehacer, pudo conseguir que el plazo se extendiera hasta un mes y que se les ofrecieran cuatrocientos pesos.

 

Esa sería siempre la postura de Fidel: por encima de la ley, que con frecuencia perjudicaba a los desposeídos, estaba la justicia.

 

Referencias

1 Véanse en esta web, de María Luisa García Moreno: «El “yo acuso” de Fidel» y «Fidel, siempre presente».

2 Katiuska Blanco: Fidel Castro Ruz, guerrillero del tiempo, t. II, Casa Editora Abril, La Habana, 2011, pp. 561-562.4

3 Senador y dirigente del Partido Ortodoxo. Además de su intervención en el pleito contra la Cuban Telephone Co., se opuso públicamente al proyecto del Canal Vía Cuba, que pretendía realizar un canal para el tráfico marítimo que atravesara la isla de norte a sur. Fue asesinado en 1957, luego de una brutal golpiza propinada por los cuerpos armados de la tiranía.

4 Militante del Partido Socialista Popular.

5 En 1958, se alzó en la Sierra Maestra y fue ubicado por Fidel en la columna no. 1.