Fidel, la paz y la supervivencia de la humanidad
El 21 de septiembre de 2010, el Comandante en Jefe Fidel Castro se reunió en La Habana con más de 600 pasajeros del «Crucero por la Paz», casi todos de nacionalidad japonesa, y entre los cuales viajaba una sobreviviente del holocausto nuclear ocurrido el 6 de agosto de 1945.
Estuve aquel día en el Palacio de las Convenciones, donde se narraron los testimonios y las vivencias desgarradoras de un hecho tan brutal de la historia de la humanidad. Entonces, Fidel evocó su visita a Hiroshima, en marzo de 2003, durante una estancia de tránsito por tierra nipona.
En aquella ocasión —hace más de 20 años— el líder histórico de la Revolución cubana recorrió el Memorial de la Paz; y allí, en la lejana ciudad, en el sitio que rinde tributo a las víctimas de la horrenda masacre —donde el silencio sobrecoge— como periodista pude grabar las palabras de Fidel, cuando escribió en el libro de homenaje en nombre del pueblo cubano: «Que jamás vuelva a ocurrir semejante barbarie».
Sus palabras, acciones y pensamiento siguen calando en lo más profundo del corazón de cualquier ser humano que ame la paz. La dimensión de su humanismo es infinita y tiene su base en la batalla que mantuvo durante toda su vida por la salvación del mundo, ante los graves peligros y amenazas.
Para Fidel, «la lucha por la paz significa luchar por salvar a la humanidad». Subrayó siempre, en los eventos internacionales en los que participó, que, «para alcanzar la paz y una verdadera justicia a nivel global, se requería un cambio radical en la estructura del poder y una transformación profunda del sistema de Naciones Unidas».
El Comandante en Jefe combinó su excepcional oratoria con acciones concretas en defensa de las ideas pacifistas que defendió; y por ello, apoyó las luchas de liberación en diversas partes del mundo.
La causa palestina fue una causa de Fidel. El 12 de octubre de 1979 pronunció un memorable discurso ante la Asamblea General de las Unidas donde denunció al gobierno de Israel por sus agresiones, el expansionismo y la ocupación ilegal del territorio palestino, todo con el apoyo de los sucesivos gobiernos de Estados Unidos.
Fidel expresó: «Para los Países No Alineados, la cuestión de Palestina es la médula del problema del Oriente Medio. Ambos forman un todo integral, que no puede solucionarse separadamente».
Los cubanos aprendimos del líder histórico de la Revolución que la lucha por alcanzar la paz mundial se trata de un compromiso activo para salvar a la humanidad de la destrucción y construir un orden internacional basado en la equidad y la cooperación.
Su legado en el ámbito del multilateralismo será siempre reconocido como un faro moral para los movimientos sociales, activistas y líderes progresistas a escala internacional. En tiempos tan convulsos y desafiantes, su enérgica voz sigue llamando a la acción solidaria para salvar a la especie humana.
Como ejemplo de coherencia a lo largo de su fecunda vida, cumplió lo que había prometido a solo nueve días del Triunfo de la Revolución, durante una comparecencia televisiva: «Seré el más firme, y el más decidido, y el más constante defensor de la paz».
Horas antes del 13 de agosto de 2016, cuando cumpliría 90 años de edad, Fidel publicó una Reflexión titulada «El Cumpleaños» y casi al concluirla sentenció: «Hay que martillar sobre la necesidad de preservar la paz, y que ninguna potencia se tome el derecho de matar a millones de seres humanos».
Fidel Castro no está físicamente, pero nos sigue convocando cada día a salvar la humanidad.