Carlota: la hora cero
El 27 de mayo de 1991, en el Mausoleo El Cacahual, frente a la eterna vigilia del Titán de Bronce y Panchito Gómez Toro, el General de Ejército Raúl Castro ―en acto oficial― comunicó al líder de la Revolución una de las más importantes noticias del que hacer internacionalista en África de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR): «A nuestro pueblo y a usted, Comandante en Jefe, informo: ¡la Operación Carlota ha concluido!»,
Habían transcurrido quince años desde que el Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA) solicitara con carácter urgente el apoyo militar cubano. La independencia prometida para noviembre de 1975 no iba a concretarse debido a desacuerdos entre los movimientos independentistas y la metrópoli, así como la intrusión de potencias extranjeras y países de la región que aspiraban a quedarse con parte del territorio.
La respuesta cubana no podía ser otra que el envío de manera inmediata de un gran volumen de activos militares y la propuesta de un plan estratégico a gran escala que incluía la preparación de las fuerzas angolanas y su integración con las tropas cubanas. La organización de tal infraestructura fue, esta vez, mucho más compleja que en experiencias anteriores en este territorio y en otras regiones del continente.
La continua amenaza del avance enemigo por las fronteras norte y sur exigía su aplicación inmediata y la creación de las Fuerzas Armadas para la Liberación de Angola (FAPLA). Así se funda Operación Carlota.
La contienda se prolongó en el tiempo con episodios que quedaron grabados en la memoria: el combate de Cangamba, los enfrentamientos de Sumbe y, sobre todo, la batalla de Cuito Cuanavale. El equilibrio de fuerzas del África austral se transformó como consecuencia de esta victoria.
Aquella larga y sangrienta confrontación forzó el inicio de las negociaciones de paz en diciembre de 1988, alcanzando finalmente la estabilidad de Angola y también la independencia de Namibia. Comenzaba oficialmente la caída del apartheid.
La retirada progresiva de las tropas cubanas fue iniciada el 10 de enero de 1989. La Batería Femenina de Artillería Antiaérea fue la primera en regresar a la Patria.
Los últimos soldados fueron recibidos dos años más tarde, el 27 de mayo de 1991, y agasajados en sentido homenaje en el Mausoleo El Cacahual en la hora cero de aquella memorable operación. Desde entonces y para siempre queda esta fecha marcada como el Día del Combatiente Internacionalista Cubano: «La gloria y el mérito supremo pertenecen al pueblo cubano, protagonista verdadero de esa epopeya que corresponderá a la historia aquilatar en su más profunda y perdurable trascendencia».1
Referencias:
- Palabras del General de Ejército Raúl Castro Ruz, entonces ministro de las FAR, en acto de clausura de la Operación Carlota.
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