Nurisnel Rosales Rodríguez, un hombre que tiene impregnada la disciplina y el compromiso de un oficial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), encontró en la Escuela Militar Camilo Cienfuegos (EMCC) de Capdevila el espacio ideal para seguir siendo útil, tras culminar sus años de servicio en la institución armada. Su uniforme verde olivo cambió por un delantal blanco, pero su objetivo sigue siendo el mismo: servir a la Patria, esta vez, desde el Centro de Elaboración de Alimentos (CEA) que él dirige.

«Para mí, que fui Camilito, cadete y durante varios años estuve activo en las FAR, resulta cómodo desempeñarme ahora como trabajador civil dentro del mismo organismo», comenta Nurisnel con una sonrisa que refleja la satisfacción de haber encontrado su lugar en este nuevo rol.

«La vida me trajo a este sitio y estoy orgulloso de formar parte de los trabajadores civiles y al mismo tiempo continuar integrando las fuerzas armadas».

Su experiencia anterior le ha servido para liderar con eficiencia el equipo de la cocina, un área vital para el funcionamiento de la escuela. «Se me hace un poco más fácil porque se desarrollan cualidades de mando y de dirección, que permiten llegar a cada subordinado independientemente de las diferentes edades, y a la vez interactuar no solo con ellos, sino también con los alumnos», explica. 

Nurisnel destaca la importancia del trabajo en equipo y la dedicación de los trabajadores civiles de la escuela, quienes, a pesar de las dificultades que enfrenta el país, se esfuerzan por brindar un servicio de calidad a los estudiantes.

«Independientemente de los momentos difíciles que estamos enfrentando ponemos lo mejor de cada uno al cumplimiento de nuestra misión para garantizar el servicio y el trato hacia los alumnos, que son la principal razón del centro de enseñanza.

»La cocina de la escuela no solo se encarga de la alimentación de estudiantes, sino que también desempeña un papel importante en su educación. Si bien es característico el interés permanente y el esfuerzo de los trabajadores porque cada alimento llegue elaborado de la mejor forma posible, participamos al mismo tiempo en la educación y formación de esos adolescentes. «Independientemente de que nos encontremos en la parte logística los enseñamos cuando interactuamos con ellos, cuando estamos brindándole el servicio, lo cual ayuda a su formación; sobre todo porque somos capaces de transmitirles nuestros saberes de forma positiva», asegura.

El objetivo principal de Nurisnel y su colectivo es brindar un servicio de calidad que satisfaga a los integrantes de la institución. En este propósito reconoce el papel fundamental del Sindicato Nacional de Trabajadores Civiles de la Defensa (SNTCD) en el desempeño y resultados obtenidos por el centro.

«Considero que el trabajo del sindicato, fundamentalmente aquí en la escuela, es sistemático e intenso; independientemente de que nos enfrentamos a situaciones difíciles, las cuales precisamente nos imponen salir adelante. Lo logramos con la ayuda del sindicato, del mando, lo cual ha solidificado más nuestro trabajo. Mantenemos una estabilidad con el SNTCD sobre todo con el personal de aseguramiento y la logística».

La mayor satisfacción para los integrantes del CEA de la EMCC de Capdevila es: «Cuando nos dicen que la comida quedó buena y les gustó, porque como decía al principio, es nuestra labor fundamental. Recibir sus elogios nos regocija mucho».

Sin embargo Nurisnel reconoce que no todo es perfecto y siempre hay espacio para la mejora. «Claro, cuando las cosas no salen bien hacemos críticas constructivas a los cocineros. Evaluar los resultados es una labor sistemática, además de la exigencia por parte del mando. No es que solamente sea en nuestro escenario, sino que desde la dirección de la escuela se nos exige la calidad en el desempeño, porque ese resultado es palpable por todos los integrantes de la EMCC cuando llega el momento de disfrutar de los servicios que presta el CEA »

La cotidianidad de nuestro entrevistado es un ejemplo de cómo el compromiso con la Patria se puede manifestar de diferentes maneras. Su dedicación a la cocina de los Camilitos de Capdevila, junto al resto de los trabajadores del CEA que laboran con él, testimonia el desempeño incansable de los trabajadores civiles de la defensa, quienes se esfuerzan por construir el futuro desde cada una de sus responsabilidades dentro de las FAR.