Poco antes del Moncada (2)
El 8 de febrero de 1953, apenas unos días después de concluidas las actividades oficiales por la conmemoración del centenario del natalicio de José Martí, salió publicado en la revista Bohemia un trabajo de Fidel titulado “Asaltado y destruido el estudio del escultor Fidalgo”.
Vale recordar que ese año la efeméride martiana había sido celebrada con singular lustre, no precisamente a causa del centenario, sino en vano intento de limpiarla imagen pública de un hombre que nada tenía en común con Martí. Incluso había sido invitada a las actividades oficiales María Mantilla, quien en esa ocasión donó a Cuba los grilletes que llevó Martí.
En homenaje al centenario, el Comité Martiano de Tampa había encargado al escultor José Manuel Fidalgo1la realización de una estatuilla de Martí. El escultor grabó en la basede su obra la frase“Para Cuba que sufre”, con la que Martí había iniciado su discurso, conocido como “Con todos y para el bien de todos”, pronunciado el 26 de noviembre de 1891 en el Liceo Cubano de Tampa;entonces Cuba se hallaba sometida al colonialismo español y de ahí la frase martiana. Sin embargo, no fue casual que Fidalgo hubiera seleccionado aquellas palabras del Maestro, porque en 1953, Cuba sufría una vez más, en ese momento, bajo la férrea dictadura batistiana.
¡Ese fue el crimen del artista!Claro que, como escribió Fidel en su artículo, cualquier texto martiano resultaba subversivo y, por tanto, prohibido: «De este modo, la obra entera de Martí habrá que suprimirla, arrancarla de las librerías y bibliotecas, porque toda ella, pletórica de amor a la patria y al decoro humano, es una perenne acusación a los hombres que hoy gobiernan contra su voluntad soberana al pueblo de Cuba».2
La escultura había sido expuesta, por iniciativa de Fidel, en la Escalinata Universitaria, el 27 de noviembre de 1952, en la conmemoración por el fusilamiento de los estudiantes de Medicina. Las copias se vendían a cinco pesos, con el objetivo de recaudar fondos con destino a los preparativos insurreccionales del movimiento nucleado por Fidel.
En su artículo, el joven abogado denunció la barbarie perpetrada por los agentes policiales el 30 de enero, dos días después de la efeméride martiana,barbarie iniciada por el capitán Oscar González, quien estaba al frente del grupo de agentes que se encargó de destruir todas las esculturas del Apóstol, las mascarillas de Chibás, las réplicas de la virgen de la Caridad y hasta una colección de hermosas manos de personajes ilustres. Destrozaron las obras de arte y hasta los moldes para que no pudieran ser reproducidas. Acabaron con todo lo que había en el taller y el estudio del artista, situados en El Calvario.
La denuncia de Fidel pudo ser demostrada «Gracias a Chenard3 bravo y audaz colaborador de Bohemia, hemos obtenido pruebas irrebatibles, pese a la ocupación militar del local y a la intransigente negativa a darle acceso a la prensa».4
Fidel denunció, además, la desaparición de Fidalgo, por cuya vida temía. El escultor se había ocultado y, con la ayuda de Fidel, intentó salir del país como polizonte en un barco; pero fue descubierto, devuelto a Cuba y encarcelado, hasta que gracias a la presión de la opinión pública, fue liberado; se ocultó en la barriada de Párraga, en la casa de Obdulia Soto, quien posteriormente sería su esposa.
Después de los sucesos del Moncada, Fidalgo logró asilarse en la embajada de México y, una vez en tierra azteca, se estableció en Mérida, Yucatán.Cuando el jueves 7 de julio de 1955, Fidel partió hacia la hermana nación para preparar la expedición en que regresaría a Cuba, esa misma tarde visitó el hogar del artista, quien colaboróincansablemente en los preparativos del desembarco del Granma.
En reconocimiento, los expedicionarios le entregaron antes de partir hacia Cuba, una bandera cubana firmada por todos, la cualfue entregada a Fidel, poco antes del fallecimiento del destacado artista y revolucionario.
No satisfecho con librar esta batalla, muy poco después, el 14 de febrero, Fidel participó,junto con otros miembros del movimiento, en el cortejo que acompañó el cadáver de Rubén Batista Rubio, hasta el cementerio Colon. Herido en la manifestación de protesta por el ultraje al busto de Mella, Rubén había fallecido el día anterior para convertirse en elprimer mártir estudiantil de la lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista.5
De modo que, aunque se hallaba inmerso en la preparación de la insurrección y profundamente convencido de que la lucha armada era el único camino, Fidel continuaba usando todas las vías en su lucha contra la tiranía.
Referencias
1 José Manuel Fidalgo Rodríguez (La Habana, 1910-México, 1993). Militante del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo) y activo colaborador de Fidel.
2 Fidel Castro: “Asaltado y destruido el estudio del escultor Fidalgo”, en revista Bohemia, 8 de febrero de 1953.
3 Fernando Chenard Piña (La Habana, 1919-Santiago de Cuba, 1953). Apresado tras el fracaso del asalto al Moncada, fue salvajemente torturado y asesinado.
4 Fidel Castro: «Asaltado…», ob. cit.
5 Véase en esta página web, de la autora de este trabajo: “Finales de 1952 y comienzos de 1953: combate constante”.