La carta respuesta de Gómez a la convocatoria martiana
A la carta enviada por Martí y el grupo de patriotas que integraba la llamada Comisión Ejecutiva,1 a Máximo Gómez Báez pidiéndole criterios «[…] sobre el modo más rápido y certero de organizar por fin, dentro y fuera de Cuba […] la guerra […]»,2la respuesta del Generalísimo fue un tanto más demorada y dirigida, además, a la «Comisión de New York» y no a Martí.
Es muy posible que en ello haya influido el malestar que en Gómez había dejado otra misiva martiana, en la que el Apóstol, dolido por ríspidas palabras de Gómez, se había retirado del hotel Griffou, donde este y Maceo se hospedaban y, días después, le había enviado una severísima carta —«Un pueblo no se funda, General, como se manda un campamento […]»—3 y se había distanciado del Plan Gómez-Maceo. El malentendido tuvo como base el hecho de que ambos generales subvaloraban a aquel civil que no había combatido con las armas en la mano; no habían comprendido aún la importancia del agitador por excelencia que era Martí. Y se hirieron uno al otro; aunque se respetaban y admiraban.
No obstante, aunque dirigida a la Comisión y no a Martí, él era parte y muy importante de dicha Comisión, pues la presidía; por tanto, la misiva llegó a sus manos. En ella, Gómez, con la sobriedad que le caracterizaba escribió:
«Con el interés que ella se merece, he leído la carta que esa Comisión me dirige con fecha 16 de diciembre ppmo. ppdo.4
»A los patrióticos conceptos que en ella se expresan, solamente puedo contestar, que no soy más que lo que puedo ser, un soldado, defensor leal y entusiasta de la justa causa de un pueblo noble, valiente y tan cercano —que es casi la misma— a la tierra do se meció mi cuna.
»Que siempre estaré presto a ocupar mi puesto de combate por la independencia de Cuba, sin otra ambición que obligar a los cubanos a que amen los míos, y me recuerden mañana con cariño».5
Sin embargo, pese a todo, la carta de Gómez revela mucho de su carácter y de su estrecha relación con Cuba. En ella están presentes su sencillez, su solidaridad con esta tierra que había adoptado como suya, su disposición al sacrificio y su entrega a la causa de la independencia cubana.
El tiempo pasaría y muy pronto, en 1892, Martí emprendería su viaje a la República Dominicana, en busca de Gómez.6 Tocó a su puerta en Montecristi; a caballo partió hacia la finquita La Reforma, donde lo recibió el general, y donde ambos conversaron y zanjaron sus diferencias. Luego, marcharían a Santiago de los Caballeros, donde firmarían las cartas de Santiago, que sellarían la entrega del dominicano a la causa de Cuba.
Referencias:
Integrada por cubanos representativos de la emigración neoyorquina. Sus miembros fueron Rafael de Castro Palomino, secretario; Félix Puentes, José M. Párraga y un cuerpo asesor de dieciocho personas.
José Martí: «Carta a Máximo Gómez», 16 de diciembre de 1887, en Obras completas, t. 1, Centro de Estudios Martianos, La Habana, 2007, pp. 216-222
____________: «Carta a Máximo Gómez», 20 de octubre de 1884, en ob. cit., pp. 177-180.
Próximo pasado, es decir el diciembre anterior.
Máximo Gómez: Carta a José Martí, en Luis García Pascual: Destinatario José Martí, Casa Editora Abril, La Habana, 2005, p. 212.
Véase de María Luisa García Moreno: «A Dominicana en busca de Gómez», en esta página web.