De amor y desamor
Algunos creen que en el teatro, cuando subió al escenario tras la representación de Amor con amor se paga, al pasar la vista por asientos y palcos, una belleza criolla —la camagüeyana Carmen Zayas-Bazán Hidalgo—llamó la atención del joven Pepe Martí. Otros afirman que el encuentro ocurrió por hallarse la vivienda de la joven muy cerca de la redacción de la Revista Universal. Lo cierto es que Carmen lo atrajo desde que la vio por primera vez.
A su familia le agradaba aquella cubana de buena familia y modales orgullosos, a quien Pepe acompañaba en sus paseos por la alameda y visitaba en su casa. Pronto se comprometieron y en mayo de 1876, en El Eco de Ambos Mundos, apareció publicado su poema «Carmen»: Es tan bella mi Carmen, es tan bella, / Que si el cielo la atmósfera vacía / Dejase de su luz, dice una estrella / Que en el alma de Carmen la hallaría.1
Por entonces, su familia había decidido regresar a Cuba, pues a su hermana Antonia se le había detectado también una dolencia cardiaca. Pepe viajó a La Habana 2 a buscarles acomodo y, a su vez, para hacerse, con el padre de Fermín Valdés-Domínguez,3 de unas cartas de recomendación que le ayudaran en Guatemala, donde ya había decidido establecerse.
Regresó a México y tras una breve visita a las fabulosas ciudades mayas de Chichen Itzá y Uxmal, despidió a sus padres y emprendió el viaje hacia Guatemala, adonde arribó el 2 de abril de 1877.4 Pronto su valía intelectual fue reconocida en la capital guatemalteca y ya el 29 de noviembre, garantizados los recursos necesarios para crear una familia y atado por el compromiso dejado en México, inició la travesía y arribó a la capital azteca el día 11; allí se alojó en la casa de su amigo Manuel Mercado.
Días después, el 20 de diciembre de ese mismo año, contrajo matrimonio con Carmen; la ceremonia civil se efectuó en las oficinas del Palacio de la Diputación y la religiosa, en la parroquia del Sagrario Metropolitano. En la casa de Mercado tuvo lugar una fiesta para los más íntimos. Seis días más tarde, la pareja partiría hacia Guatemala en un viaje largo y difícil.
En agostode 1878, tras el Pacto del Zanjón, decidieron regresar a Cuba, adonde arribaron el día 31 y nació el pequeño José Francisco el 22 de noviembre. Muy pronto, Martí se involucró en la conspiraciónpara reanudar la guerra y, el 25 de septiembre de 1879, fue de nuevo desterrado a España.
Se trasladó furtivamente a Francia y, desde allí se embarcó hacia Nueva York, adonde arribó el 3 de enero de 1880 y, de inmediato, se vinculó a los conspiradores. Cuando al arribar la primavera, Carmen y Pepito se reunieron con él, la esposa lo encontró de nuevo entregado a la política. En carta a Mercado, Martí revelóal amigo las diferencias con su esposa: «Carmen no comparte […] mi devoción a mis tareas de hoy».5 A partir de entonces, el matrimonio iría en picada, con abandonos y reencuentros, hasta que en agosto de 1891, Carmen lo dejó definitivamente.
Carmen nunca comprendió a Martí. Como su familia, ella pensaba que él tenía que dedicarse a labrar el porvenir de los suyos; no entendió su amor y entrega a Cuba y no puede culpársele por eso: ella fue una mujer de su tiempo, de un tiempo en que el horizonte femenino estaba muy limitado. Desde su pequeñez no pudo nunca aquilatar la extraordinaria grandeza de José Martí.
Referencias:
1 José Martí: «Carmen», en Obras completas, t. 17, Centro de Estudios Martianos, La Habana, 2007, p. 133.
2 El 2 de enero de 1877, se embarcó con destino a la patria, con documentos a nombre de Julián Pérez. A La Habana llegó el 6 de enero y el 24 de febrero regresó a México.
3 El presbítero José Mariano Domínguez Salvajáuregui, padre adoptivo de Fermín, era natural de Guatemala.
4 Véase en esta página web de María Luisa García Moreno: «Guatemala:
la ciudad que “lo hizo maestro”».
5 José Martí: «Carta a Manuel Mercado», 6 de mayo [1880], en ob. cit.,
t. 20, p. 60.