Regreso a la Patria

Por María Luisa García Moreno
30 de Agosto de 2022

Ilustración: Luis Bestard

Ya en marzo de 1878, estaba Martí pensando en marcharse de Guatemala, a causa de la hostilidad recibida en las esferas oficiales desde su regreso de México, adonde viajó para casarse con Carmen; sin dudas, la política gubernamental guatemalteca había sufrido un giro.

 

Al fin, presionado por Carmen —embarazada y deseosa de que su hijo naciera en Cuba— y teniendo en cuenta que tras el Pacto del Zanjón los desterrados podían regresar a Cuba, el 31 de agosto,desembarcaron en la rada habanera; la familia los esperaba con ansias luego de tan larga ausencia.

 

Reanudó Pepe sus estrechas relaciones con los her­manos Valdés-Domínguez, incluso se cree que trabajó algún tiempo con Eusebio, graduado de abogado. En España, Martí cursó dos carreras universitarias;1 pero la carencia de fondos le impidió obtener los títulos. No obstante, buscó empleo como pasante en los bufetes de dos amigos abogados: Nicolás Azcárate2 y Miguel F. Viondi3 y, además, como profesor en el Colegio Casa de Educación, de forma provisional, en espera de los certificados.

 

Martí sabía de las insatisfacciones que el Pacto del Zanjón dejó entre los criollos y, desde el mes de octubre, se vinculó a un grupo de conspiradores, entre quienes descollaba el mulato periodista, hombre culto y generoso, entrañable colaborador,Juan Gualberto Gómez.4

 

Se sabe, por una carta que le envía a su hermano mexicano Manuel Mercado, que en una primera etapa vivió en Tulipán no. 32, en el Cerro — «[…] el Tulipán, delicioso lugar, como una Tacubaya suiza, donde vivimos […]»5 El 22 de noviembre, allínaciósu hijo José Francisco,6 hecho que lo llenó de dicha.

 

Pepe, que ya contaba veintiséis años de edad, comenzabaa destacarse en los medios culturales: fue nombrados ecretario del Liceo Artístico y Literario de Guanabacoa, sobresalía como insigne orador, laboraba sin tregua.En febrero participó junto a otros oradores, poetas y actores en la función inaugural del Liceo Artístico y Literario de Regla, donde pronunció un discurso que fue largamente ovacionado.

 

El 18 de marzo, asistió a una asamblea en la que se constituyó el Club Central Revolucionario Cubano, del cual fue elegido vicepresidente.

 

Días después, el 21 de abril, en un brindis de tono patriótico en honor al periodista Adolfo Márquez Sterling, en los altos del café El Louvre, clamó por la dignidad y la libertad como derechos inalienables del ser humano “[…] los dere­chos se toman, no se piden; se arrancan, no se mendigan […]”,7y expresó su rechazo a toda conciliación con el ré­gimen colonial.Al día siguiente, en elLiceo de Guanabacoa,al elogiar al violinista Rafael Díaz-Albertini(1857-1928), quien merecedor del primer premio en el conservatorio de París, pronunció palabras tanardorosas, delante del entonces capitán general Ramón Blanco Erenas,que hicieron exclamara este: «Quiero no recordar lo que yo he oído y no concebí nunca que se dijera delante de mí, representante del gobierno español. Voy a pensar que Martí es un loco… pero un loco peligroso».8

 

Cuando estalló de nuevo la insurrección (la Guerra Chiquita),Martí y Juan Gualberto, activos conspiradores, organizaron de inmediato la ayuda a los rebeles.

 

En la noche del 17 de septiembre, terminaban de comer en su casa de Amistad no. 42 —Juan Gualberto estaba invitado—, cuando un celador tocó a la puerta. Minutos después fue conducido, detenido a la estación de policía situada en Empedrado y Monserrate.En esa ocasión, las autoridades le propusieron el perdón a cambio de declarar su adhesión a España, lo que provocó su enérgica respuesta: «Martí no es de la raza vendible».

 

El 25 de septiembre de 1879 salía de nuevo desterrado de Cuba hacia España. Apenas un año y unos pocos días permaneció en su tierra junto a su familia.

 

Referencias:

 

  1. Véase en esta página web, María Luisa García Moreno: “Zaragoza: la amistad, el amor y la solidaridad”.
  2. Nicolás Azcárate Escobedo (La Habana, 1928-1894). Abogado. Importante figura de la intelectualidad cubana. En México, conoció a Martí. Tras el Zanjón, los dos regresaron a Cuba.
  3. Miguel Francisco Viondi y Vera (La Habana, 1846-1919). Cursó estudios en el colegio El Salvador, dirigido por el insigne educador José de la Luz y Caballero; se graduó de Derecho. Fue director del Liceo de Guanabacoa, concejal y alcalde; también, representante a la Cámara.
  4. Juan Gualberto Gómez y Ferrer (Matanzas, 1854-La Habana, 1933). Hijo de esclavos que habían comprado su libertad; cuando tenía 10 años, la familia se trasladó a La Habana y fue enviado a París a aprender el oficio de carruajero; allí se vinculó a los patriotas cubanos y al periodismo. De regreso en Cuba, se unió a la conspiración y fue deportado. Retornó en 1890 y se destacó como periodista y en la lucha contra el racismo. Designado por Martí, organizó el levantamiento del 24 de febrero. Se alzó enMatanzas; pero fue apresado y enviado a Ceuta. Al finalizar la guerra, volvió a Cuba y se destacó como periodista y como político. Fue un firme opositor a la Enmienda Platt.
  5. José Martí: ob. cit., t. 20, p. 57.
  6. José Francisco Martí y Zayas-Bazán (1878-1945). A causa de las separaciones de sus padres, vivió con Martí cortas temporadas; no obstante, al conocer la muerte de su padre, deseoso de compartir sus ideales, viajó a Nueva York, se enroló en la expedición de los generales Joaquín Castillo Duany y Carlos Roloff Mialofski, que desembarcó en Cuba el 21 de marzo de 1897. En la manigua alcanzó el grado de capitán y en la República fue secretario de la Guerra.
  7. Herminio Almendros: Nuestro Martí, Pueblo y Educación, La Habana, 1997, p. 37.
  8. Ibidem.