Corneta, toque silencio
El solemne toque de corneta parece en este instante dar el de pie a los recuerdos de 300 combatientes internacionalistas, que en el histórico Mausoleo de El Cacahual reciben el reconocimiento de la Patria.
En 30 segundos de absoluto silencio, mientras sólo el sonido metálico se expande por la planicie, cientos de ideas se atropellan en el pensamiento. Y llegan entonces a galope los recuerdos para quienes aún permanecen en tierras hermanas, y las ansias del reencuentro con los seres más queridos que se presienten cercanos, y el resumen apretado de todo lo vivido bajo el sudor del peligro para volver a estar aquí, frente a los héroes de ayer con quienes han cumplido honrosamente. Y elevar entonces el pensamiento hacia aquellos que también ya son héroes sin sangre, por abandonar la tierra con ella, a quienes un día cayeron en el fragor del combate, a quienes hoy no están en la formación de cuerpos presentes; pero sí en el batir sereno de los laureles, en el ondear silencioso de esta enseña.
* Zenaida Costales Vicedecana de Postgrado e Investigaciones de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana
Crónica publicada en el periódico Bastión del 22 de octubre de 1989.
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