Con sesenta y dos años continúa haciendo historia

12 de Abril de 2021

Fachada del edificio, ubicado en San Pedro y Avenida  de Independencia, donde radica la revista Verde Olivo desde el 24 de diciembre de 1961.

Hace 62 años, el 10 de abril de 1959, surgió el tabloide Verde Olivo, órgano oficial del Ejército Revolucionario de Cuba. Se materializaba así la idea fundacional de Fidel Castro Ruz, Raúl Castro Ruz, Camilo Cienfuegos Gorriarán y Ernesto Guevara de la Serna, Che de constituirlo como arma política e ideológica de la Revolución Cubana cuando empezaba —así lo expresaba el Comandante en Jefe, siempre ojo avizor, en su discurso del 8 de enero en Ciudad Libertad— una etapa aún más difícil que la guerra de liberación que condujo a la victoria una semana antes. El Ejército Rebelde (ER) sintetizaba la unidad de las fuerzas revolucionarias forjada por Fidel durante seis años de lucha heroica desde el Moncada.

 

Los fundadores del medio de prensa empezamos nuestro trabajo en una casa de dos plantas ocupada por la naciente Sección de Cultura del ER a la que estábamos subordinados. Hasta hacía unos días era la vivienda ocasional del que fuera jefe de la Fuerza Aérea batistiana e hijo del jefe del Ejército, Francisco Tabernilla. Estaba situada en un extremo de la pista de aviones, cerca de la posta 10 del campamento militar de Columbia, hoy Ciudad Libertad.

 

Allí, sobre la mesa del dibujante Rosendo Gutiérrez, el arquitecto Osmany Cienfuegos, capitán ayudante de su hermano, el jefe del ER comandante Camilo Cienfuegos, diseñó el primer número que fue impreso horas más tarde en el Diario Nacional, gracias al tipógrafo Tamayo, que trabajaba en aquel periódico.

 

Encabezados por Rafael Pupo y Nilsa Espín y guiados por la colega Marta Rojas en nuestros primeros pasos, el pequeño equipo iniciador lo integrábamos jóvenes en su mayoría menores de treinta años de edad procedentes de las filas rebeldes, como el fotógrafo Perfecto Romero, y de la lucha clandestina en La Habana, entre los que se encontraban Osvaldo Ortega, José Aguilar y Carlos del Toro. También se nutrió durante 1959 con otros llegados de Combatiente, órgano del Ejército de Oriente, recordamos de ellos a la directora artística Nora Riquenes; de la revista Rebelde 6, de la Policía Nacional Revolucionaria, se incorporó el caricaturista Luis Wilson; de Matanzas, Oscar Pérez Guzmán; de Holguín, Luis Pavón Tamayo y de Santiago de Cuba, Georgina Duvallón. Solo viven cinco de los 12 relacionados: Rosendo, Marta, Perfecto, Oscar y Georgina. Sustancial fue el aporte de periodistas colaboradores anónimos que no firmaban sus trabajos.

 

Se creó, en octubre de 1959, el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (Minfar) y dentro de este, el Departamento de Instrucción, cuya jefatura la asumió el comandante Guevara. Verde Olivo, el órgano de esta institución militar, era  orientado directamente por el Guerrillero Heroico, quien quiso hacer del medio: “Un cuerpo de ejército ideológico”, como lo llamó una vez. Mas él no solo influyó con su talento y exigencia en el contenido y la forma de la joven publicación, sino que fue colaborador sistemático en sus páginas; propiciaba con su ejemplo, que otros jefes militares y civiles también escribieran o relataran acciones de guerra y de la lucha clandestina contra la tiranía batistiana. Aun ocupando otras responsabilidades políticas y de Gobierno, colaboró con la revista hasta que salió a cumplir misión internacionalista.

 

Por aquellos primeros años no contábamos con talleres propios. En un momento se dispuso de las maltrechas máquinas del periódico Pueblo, que dirigió el sicario paramilitar Rolando Masferrer, pero había que invertir una fortuna y esfuerzos para ponerlas de alta, por lo que el Che, mostrando una vez más su sentido de racionalidad, decidió publicar el tabloide donde se pudiera.

 

Así  transitamos por las imprentas de los diarios Nacional, Combate, La Tarde —en Zanja y Escobar, donde también se editaba La Gaceta— y el roto–grabado del Diario de la Marina, en Prado y Teniente Rey.

 

En tanto, la redacción, separada del taller, se movió de la casona en la posta 10 al inmueble de dos plantas en la Avenida 31, ubicado al frente de Ciudad Libertad, donde radicó el tenebroso Buró de Represión de Actividades Comunistas.  

 

El tabloide devino revista en marzo de 1960 y la primera portada en colores se imprimió en un taller situado en las cercanías del estadio del Cerro. La etapa “trashumante” quedó atrás cuando se juntaron en la anterior sede de la revista Carteles, en Infanta y Peñalver, los departamentos de redacción, fotografía, diseño, archivo y administración. Con una excelente articulación de grabado e impresión en off–set, allí también se tiraban las antiguas Romances y Vanidades. Esta última dejó de salir y apareció Mujeres, que respondía a la dirección de la Federación de Mujeres Cubanas.

 

En la memoria histórica de Verde Olivo está registrado el 24 de diciembre de 1961, como la fecha en que se situó en el edificio de San Pedro y Avenida de Independencia, compartiendo con Bohemia el complejo poligráfico, de manera que el órgano del pueblo uniformado salía el martes y la cincuentenaria publicación lo hacía el miércoles.

 

Como revista semanal de las FAR, resultante de la fusión del Ejército Rebelde y las Milicias Nacionales Revolucionarias, su contenido, con un perfil editorial amplio, estuvo siempre dirigido a toda la población. Orientada directamente por el General de Ejército Raúl Castro Ruz cuando era ministro y bajo el asesoramiento de la Dirección Política, cumplió la misión de reflejar la vida en las unidades y su quehacer dentro de los límites que permitía el secreto militar, en el fortalecimiento incesante de la capacidad defensiva del país.

 

Servía asimismo, al trabajo educativo con las tropas regulares y de la reserva. Además, recogía los acontecimientos nacionales e internacionales de actualidad y colaboraciones de personalidades cubanas de las letras y la plástica. Con frecuencia, aparecía la firma del Poeta Nacional Nicolás Guillén, y más de una vez La Flora de Portocarrero.

 

Releer la revista es repasar hitos históricos de la Revolución Cubana; hallar referencia del desarrollo de las FAR, de nuestras  tradiciones combativas durante siglos, y, en ese contexto, de la doctrina militar de la Guerra de Todo el Pueblo concebida por Fidel.

 

Hubo un obligado paréntesis impuesto en 1990 por el período especial y Raúl dijo en aquel momento que Verde Olivo volvería a salir. Y volvió multiplicada en la casa editorial que lleva su nombre;  una próspera entidad de la Dirección Política de las Fuerzas Armadas Revolucionarias que, al ampliar sus espacios funcionales, cumple la misión de divulgar las actividades de la institución militar y edita obras de contenido patriótico, militar, internacionalista, político e ideológico en soporte de papel o digital.

 

En este complejo de producción figuran los libros, la propaganda gráfica y el Sitio Web de la Defensa, en constante actualización. También está la revista con una frecuencia trimestral, de vuelta en las unidades y en los estanquillos, con la perspectiva de llegar al potencial de lectores que la demandan. Place apreciar la acogida de las obras de dicha casa editorial y el interés que despierta entre aquellos que pueden escribir sus investigaciones o contar sus memorias.

 

Cada época tiene sus particularidades. Ayer el colectivo inicial de la publicación se nutrió de jóvenes procedentes de los ejércitos y diferentes especialidades militares que después de ser preparados por las FAR, y ya trabajando, con las exigencias de hacer una publicación semanal, estudiaron en cursos por encuentros para trabajadores en la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Habana. Otros graduados en el país y en el exterior se incorporaron armónicamente. Algunos cumplieron misión como corresponsales de guerra. Resultado de ello es que en Angola circuló con el nombre de Verde Olivo Internacionalista el tabloide hecho con destino a las tropas cubanas presentes allí.

 

Hoy se impone enfrentar la campaña de falsedades que el enemigo refuerza contra nuestra nación, para tratar particularmente de borrar o tergiversar la memoria de la cubanía con fines de reimplantar su dominio neocolonial e imperialista aquí. La casa editorial es un arma en esa lucha.

 

El equipo de militares y civiles de la revista y de toda la entidad lo forman en su mayoría egresados de nivel superior, apoderados de nuevas tecnologías y con la posibilidad de recrear y editar con un lenguaje y presentación adecuados. Una generación de editores, periodistas, técnicos, artistas, administrativos, en suma, comunicadores, que cuenta en su haber con el legado de sus antecesores y, continúa la tradición de que la unidad, dentro de la estructura de la Dirección Política de las FAR, sea el taller donde  reine un clima propicio para la constante superación, el análisis crítico sistemático de cada trabajo y del proceso de edición, de modo que su labor, a los sesenta años de Verde Olivo, continúe haciendo historia.

  • En el departamento de Diseño de la revista Verde Olivo el Che comparte con colegas de la redacción.

  • El entonces comandante Raúl Castro Ruz, ministro de las FAR, sostiene un encuentro con profesionales del medio de prensa.

  • Primera revista Verde Olivo,  marzo de 1960.

  •  Encuentro con fundadores y profesionales del medio de prensa con la dirección de la Casa Editorial Verde Olivo.

Comentarios

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