Estados Unidos: la mentira y la subversión contra Cuba como política de estado

28 de Noviembre de 2022

Estados Unidos: la mentira y la subversión contra cuba como política de Estado.

 

“La información contenida en el artículo de la agencia norteamericana AP confirma las reiteradas denuncias del gobierno cubano. Se demuestra una vez más que el gobierno de los Estados Unidos no ha renunciado a sus planes subversivos contra Cuba, que tienen como propósito crear situaciones de desestabilización en el país para provocar cambios en nuestro ordenamiento político y a lo cual continúa dedicando presupuestos multimillonarios cada año”.

 

Declaración de la Directora General de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores. 4 de abril de 2014

 

En la más reciente muestra de que subvertir la Revolución Cubana “desde dentro” constituye uno de los pilares de la política de la actual administración estadounidense contra nuestro país, la Casa Blanca reconoció públicamente el 3 de abril el desarrollo de un proyecto para la creación de un “Twitter cubano”, como supuesto “programa para la democracia en Cuba” y para “ayudar a empoderar a los cubanos, a fin de que puedan acceder a más información y fortalecer a la sociedad”.

 

El proyecto, denominado “ZunZuneo”, atrajo de inmediato la atención de la prensa nacional e internacional, al hacerse pública una investigación de la agencia AP que señala el carácter encubierto del mismo y el protagonismo que para su implementación tuvo la tristemente célebre Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional (USAID).

 

LLAMATIVAS COINCIDENCIAS

 

Para “ZunZuneo”, el gobierno de EE.UU. –a través de la USAID–, planeó la creación de una base de suscriptores usando “contenido no controversial”: noticias de fútbol, música, huracanes y publicidad, a fin de lograr una audiencia de cientos de miles de suscriptores, para enviar mensajes de contenido político y así “inspirar” a los cubanos a crear convocatorias en red de “multitudes pensantes”, concentraciones masivas que fueran convocadas rápidamente y pudieran desencadenar una “primavera cubana” o, como lo expresó un documento de la propia USAID, “renegociar el equilibro de poder entre el estado y la sociedad”.

 

La Circular de Entrenamiento TC 18-01 sobre la Guerra No Convencional, en su párrafo 1-2 establece “[...] la realización de operaciones subversivas […] (tienen como propósito) […] lograr distanciar al adversario de la población”. Más adelante, en el párrafo 2-8 dice: “la tarea principal es romper las ataduras entre la gente y el gobierno […]”. ¿Será una coincidencia, o es un planteamiento idéntico a “renegociar el equilibrio de poder entre el estado y la sociedad”, según pretendió arrogante pero fallidamente “ZunZuneo”?

 

En 2009, el equipo de “ZunZuneo” comenzó a operar desde América Central; Nicaragua y Costa Rica específicamente, supervisado desde este último país, por un funcionario de la Oficina de Iniciativas de Transición de la USAID, una división creada tras la caída de la Unión Soviética.

 

Durante el 2010, los impulsores del proyecto trabajaron para mantener oculta la participación de la agencia del gobierno de EE.UU., mediante el empleo de terceros. La empresa seleccionada fue Mobile Accord, dirigida por James Eberhard, un estadounidense pionero en el uso de mensajes de texto para donaciones en caso de desastres.

 

Volvamos a la Circular de Entrenamiento TC 18-01 para descubrir otra “coincidencia”. Ese documento, en su párrafo 1-6 deja establecido: “el apoyo del gobierno estadounidense a un movimiento de resistencia o insurgencia puede manifestarse de dos maneras… en forma de apoyo indirecto… mediante un socio de una coalición o desde un tercer país… (casos en los que) se exige un bajo perfil en las operaciones de apoyo que realiza el gobierno de los EE.UU.”.

 

A mediados de 2012 los cubanos comenzaron a quejarse de que el servicio solo funcionaba esporádicamente, y después, de que no funcionaba. “ZunZuneo” se esfumó con el mismo misterio con el que había aparecido, rondando la cifra de 50 000 seguidores.

 

LA OMNIPRESENTE USAID

 

Es llamativo que un proyecto con similares fines al desenmascarado por la AP recientemente fue presentado el 28 de junio de 2012 por el Programa Cuba de la Oficina de América Latina y el Caribe de la USAID.

 

Se trataba de una solicitud para “aspirantes” a un proyecto denominado “Democracia Digital”, el cual contemplaba otorgar hasta dos acuerdos de cooperación por valor de hasta tres millones de dólares por proyecto, por un plazo máximo de tres años, para planes dirigidos contra Cuba con el empleo de las nuevas tecnologías de la informática y las comunicaciones.

 

Los objetivos del programa, según la solicitud de la USAID, eran “fortalecer el compromiso directo con el pueblo cubano y el apoyo popular, encabezado por las iniciativas de los cubanos; apoyar la aplicación de tecnologías innovadoras digitales para facilitar el acceso a la información sin censura; incrementar la participación social, ampliar las redes de la sociedad civil, proporcionar asistencia humanitaria a los prisioneros políticos, activistas de derechos humanos y apoyar a los cubanos en su búsqueda de las libertades fundamentales, como la libertad de expresión y la libertad de prensa”.

 

El financiamiento apoyaría el uso de herramientas de redes sociales y otras tecnologías digitales apropiadas (por ejemplo, teléfonos celulares) por parte de “grupos independientes” para apoyar el flujo de “información sin censura”.

 

Se fundamentaba el proyecto en la importancia que las tecnologías digitales habían adquirido en los últimos años, para “promover el avance de la democracia en todo el mundo”.

 

Las bases del programa “Democracia Digital” y sus objetivos, son muy similares, por no decir idénticos, a los propósitos y motivaciones de la plataforma “ZunZuneo” que, cual una suerte de twitter cubano, empleaba mensajes de texto enviados y recibidos por teléfonos móviles para burlar el “control informativo y las restricciones al uso de la Internet que mantiene el gobierno de Cuba”.

 

FALSEDADES Y PRESUNTA LEGALIDAD

 

El propio 3 de abril, cuando la agencia AP hizo pública su investigación con respecto a la red “ZunZuneo”, tanto el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, como un portavoz de la USAID, Matt Herrick, defendieron la presunta legalidad y transparencia del proyecto, que habría contado con el visto bueno del Congreso norteamericano, por “apegarse a las leyes de EE.UU.”.

 

Sin embargo, la investigación de la AP revela la inconsistencia de estas declaraciones.

 

Un informe de la compañía Mobile Accord, que participó en el desarrollo de “ZunZuneo”, refiere que “no se debe mencionar en lo absoluto la participación del gobierno de EE.UU., por considerarlo totalmente crucial para el éxito a largo plazo del servicio y garantizar el cumplimiento de la misión”.

 

Resulta que era tan “legal y transparente”, que hoy, dos años después que el proyecto desapareció, funcionarios de la USAID evitan intencionadamente revelar quién aprobó el financiamiento, o si el gobierno de EE. UU. estaba al tanto de su implementación.

 

De igual manera, la legalidad de “ZunZuneo” queda en entredicho al conocerse ahora que los casi dos millones de dólares empleados para su desarrollo salieron de un presupuesto destinado a programas, nada menos que en Pakistán.

 

Como si todo ello no fuera suficiente, el senador demócrata por Vermont, Patrick Leahy, quien en el 2014 cumple 40 años en la Cámara Alta del Congreso norteamericano y se desempeña, entre otras funciones, como Presidente del Comité Judicial del Senado y del Subcomité para el Departamento de Estado, Operaciones en el Exterior y Agencias Relacionadas, cuestionó abiertamente la legalidad del programa.

 

De forma inusitada, Leahy ha declarado que espera una explicación de la USAID con respecto al programa subversivo contra Cuba, pues se percató de que hay varios aspectos problemáticos, en particular por la “naturaleza clandestina de un programa del que no se informó al Subcomité de Asignaciones, que tiene funciones de supervisión”, y del cual también es miembro.

 

La falsedad en torno a la legalidad del proyecto lo confirma la creación de empresas ficticias en España, cuentas bancarias en Islas Caimán e intentos de contratar a ejecutivos de empresas privadas, sin que supieran que trabajarían en un programa financiado por EE.UU., así como la creación de un portal en Internet para conseguir los suscriptores, de manera que aparentase una actividad comercial más.

 

Estos recursos, utilizados para disfrazar la participación estadounidense en el proyecto, están en línea con el “apoyo indirecto” previsto en una campaña de Guerra No Convencional, cuando no se desea revelar el apoyo abierto de EE. UU. y se emplea un socio o un tercer país.

 

Otra muestra del carácter encubierto y subversivo de “ZunZuneo” es el hecho de que en la propia licitación del proyecto se especifica que se limitarán al máximo los viajes de estadounidenses a Cuba. Además, los designados para viajar a la Isla tendrían por obligación que hablar español fluido, conocer ampliamente la cultura cubana y haber viajado antes al país.

 

La denominada "Cláusula especial de confiabilidad para viajar a Cuba" incluida en la licitación emitida por la USAID liberaba a esta agencia de responsabilidad ante los “percances” que sufrieran las personas que viajaran u operaran en Cuba, y establecía que los materiales distribuidos en nuestro país no precisaban contar con identificación que los vinculara al gobierno de EE.UU. Ambos elementos exponen también el interés norteamericano por enmascarar su protagonismo en iniciativas subversivas de este tipo.

 

La USAID, al igual que el Fondo Nacional para la Democracia y otras agencias comprometidas con la subversión, dentro del gobierno de EE.UU., así como las Fuerzas de Operaciones Especiales, representan la punta de lanza de EE.UU. para la desestabilización de gobiernos “hostiles” según sus criterios e intereses de seguridad nacional.

 

La necesidad de un vínculo entre estas agencias “civiles” y las Fuerzas Especiales estadounidenses también se recoge en la Circular de Entrenamiento TC 18-01, que explícitamente describe: “teniendo en cuenta la naturaleza política y militar de la Guerra No Convencional, resulta vital la participación interagencias de EE.UU., para lograr un enfoque gubernamental y el éxito a largo plazo”.

 

LA SOCIEDAD-OBJETIVO DESDE LA PERSPECTIVA SUBVERSIVA DE LA USAID

 

En la referida Circular, también encontramos analogías con proyectos como “ZunZuneo”.

 

La investigación de AP dio a conocer que la USAID dividió la sociedad cubana en grupos sobre la base de su lealtad al gobierno. Por una parte identificaron el “movimiento democrático”, que en el contexto cubano debe identificarse como la contrarrevolución, considerada por la USAID “todavía irrelevante”; por la otra, los “partidarios fieles al gobierno”, entendido como los abrumadoramente mayoritarios seguidores del proceso revolucionario.

 

En un tercer grupo se encontrarían los indecisos en seguir una u otra opción política. Según los promotores del proyecto subversivo anticubano, la cuestión estaba precisamente en cómo movilizar a los miembros de este grupo, identificado como “los cubanos de a pie”, hacia las filas de la contrarrevolución.

 

Resulta significativo que una división en grupos muy similar queda establecida en el primer capítulo de la Circular de Entrenamiento 18-01, que reconoce la existencia, en un escenario de Guerra No Convencional, de tres grupos: “una minoría activa por la causa, una mayoría pasiva o neutral, y una mayoría activa en contra de la causa”. ¡Demasiada casualidad!

 

En dicho documento doctrinal se establece, además, que para alcanzar el éxito por parte de la oposición, se debe convencer al segmento de la “población aún no decidida”.

 

Para impulsar este proceso de convencimiento, la Circular establece que se ejecutarán operaciones de información que “incrementarán la insatisfacción con el gobierno”, enviando mensajes “persuasivos que generarán un sentimiento de simpatía entre la población”. Se añade que “se pueden emplear técnicas persuasivas y mensajes exaltando a las comunidades a unirse en diferentes grupos por una causa común. Una vez que los grupos se unan, otros mensajes pudieran estar dirigidos a reforzar la unidad, crear una ideología y reforzar la cohesión organizacional y destacar los objetivos comunes”.

 

Por otra parte, “ZunZuneo”, según la investigación de la AP, permitió a la USAID y por ende al gobierno estadounidense, disponer de datos que le permitieron, por ejemplo, llegar a la conclusión de que la mayor parte de los usuarios de esa red –60 por ciento– estaba entre los 22 y 31 años de edad, lo que muestra una analogía con escenarios de Guerra No Convencional recientes, como Venezuela y Ucrania, donde la masa crítica de las fuerzas opositoras está formada por jóvenes, un sector priorizado dentro de los planes subversivos de EE.UU. contra Cuba.

 

UNA AGRESIÓN SUBVERSIVA ININTERRUMPIDA

 

En la actualidad, una parte importante de los fondos aprobados para las transmisiones de radio y televisión contra Cuba se emplean en otras formas novedosas de subversión contra nuestro país, a partir de las nuevas tecnologías de la informática y las comunicaciones.

 

Es significativo que en un período de crisis y recortes fiscales, para el año en curso fueron destinados a la Oficina de Transmisiones hacia Cuba 28 millones 266 mil dólares.

El 13 de marzo de 2013, el Instituto de Tecnología Abierta (OTI, por sus siglas en inglés) anunció que había desarrollado una herramienta, denominada “Commotion”, diseñada para que la contrarrevolución en Cuba y los “activistas por la democracia” en otros países puedan construir redes inalámbricas independientes y enlazarse a Internet sin el control gubernamental.

 

El OTI es parte de la “New America Foundation”, una vez más contratista de la USAID, la que recibió de esta un contrato por cuatro millones de dólares, en septiembre de 2012 con el objetivo de desarrollar un proyecto contra Cuba en un período de tres años.

 

Según la notificación del OTI, esta herramienta fue diseñada originalmente para uso militar, pero teniendo en cuenta el empleo de las redes sociales en los acontecimientos de la llamada “primavera árabe”, desarrollaron una aplicación que fuera capaz de crear redes inalámbricas en forma de “malla”, facilitando que dispositivos electrónicos, principalmente inalámbricos, compartan sus conexiones con otros usuarios.

 

El anuncio de OTI subrayó que “Commotion” había sido diseñada para prevenir que el gobierno pueda explorar, “perturbar” o inutilizar las comunicaciones e incrementar la seguridad entre los llamados “activistas democráticos” habilitando una comunicación directa entre ellos.

 

El 2 de noviembre de 2013 medios de prensa estadounidenses dieron a conocer el lanzamiento de la campaña “Conecta Cuba” que consistía en enviar, a través de voluntarios, “Internet sin Internet” a la Isla, o sea unidades flash USB, DVDs, CDs y otros formatos de memoria con información “sin censura”. También se enviarán computadoras y teléfonos inteligentes, también conocidos como smarthphones.

 

El 5 de noviembre de 2013, el presidente ejecutivo de Google, Eric Schmidt, manifestó su intención de visitar Cuba, señalando a nuestro país como “el próximo en su lista para la promoción de la libertad de expresión en Internet”.

 

Esas declaraciones se producían apenas un mes después que altos ejecutivos de Google y Twitter se comprometieron a crear herramientas tecnológicas para “proteger la libertad de expresión de la sociedad civil cubana”, una de las maneras que eufemísticamente emplean EE.UU. y sus aliados para referirse a los endebles mercenarios que se enriquecen con el negocio turbio de la contrarrevolución interna en Cuba.

 

A finales de marzo pasado fueron publicados detalles sobre el contenido del informe anual de la “Fundación de Derechos Humanos en Cuba”, vinculada a la conocida Fundación Nacional Cubano Americana.

 

El mencionado informe señalaba que en el 2013, la Fundación envió a Cuba más de 700 celulares, laptops y equipamiento electrónico diverso, valorados en más de 80 mil dólares. Igualmente se precisa que entregaron 290 mil dólares en asistencia humanitaria directa a cientos de activistas políticos "pro derechos humanos" y sus familiares.

 

No hace falta demasiado esfuerzo para develar el verdadero objetivo del Imperio con todos estos planes, en ejercicio de la más burda y descarada injerencia: crear las condiciones para un escenario de Guerra No Convencional cuyo propósito declarado es el derrocamiento de la Revolución cubana.

 

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