Batalla de las Guásimas: 150 años de historia

15 de Marzo de 2024

Entre el 15 y el 19 de marzo de 1874 trasciende la más grande batalla de la Guerra de los Diez Años.

Al evocar un 15 de marzo del siglo XIX, solo una palabra asoma, un lugar, un nombre: Baraguá. Rotunda y contundente como el hecho que trascendió para la historia. La protesta de Mangos de Baraguá fue, sin dudas, uno de esos acontecimientos esenciales en las guerras de independencia. Antonio Maceo salvó entonces y para siempre la vergüenza y el decoro.

 

No obstante, otro 15 marzo, no muy alejado en tiempo y tampoco en espacio, sucedió otro evento inolvidable en la memoria de las luchas, pero pocas veces recordado: la Batalla de las Guásimas.

 

Tenía que ser un 15 de marzo: transcurría el año 1874 y las tropas mambisas bajo el mando del Generalísimo Máximo Gómez llevaban a cabo la Invasión a Occidente. Un enfrentamiento armado en las cercanías de Puerto Príncipe —hoy Camagüey— no estaba previsto en los planes de Gómez, quien había tomado medidas para desorientar al enemigo con el fin de evitar cualquier encuentro que pudiera comprometer el avance.

 

Sin embargo, los españoles conocían el propósito del Ejército Libertador, por lo que habían aumentado sus efectivos para operar sobre las principales vías de acceso: desde Puerto Príncipe hacia la Trocha de Júcaro a Morón.

 

El jefe mambí, al tanto de la situación e informado de los movimientos del enemigo, tuvo la certeza de que el choque sería inevitable y ocupó con sus fuerzas una posición ventajosa en la finca Las Guásimas de Machado, justo a 36 kilómetros al suroeste de Puerto Príncipe.

 

La confiada caballería española esperaba encontrar un grupo de mambises sorprendidos y desorganizados. Sin embargo, Gómez —con su extraordinaria capacidad estratégica— había previsto una emboscada para aniquilar las fuerzas enemigas bajo el fuego de la infantería y con un sorpresivo golpe de la tropa a caballo.

 

En ese primer momento de la batalla las bajas españolas fueron considerables, al punto de que el Generalísimo optó por inducir nuevamente a las fuerzas restantes a otra emboscada. Esta vez el enemigo no cayó en la trampa y encontró la oportunidad de fortalecer sus defensas.

 

El segundo momento de la confrontación estuvo marcado por la ferocidad del hostigamiento cubano que provocó la desmoralización de los españoles por la continua pérdida de hombres. A pesar de la situación, lograron escapar del cerco y buscar refuerzos. Razón por la cual Gómez regresa al escenario principal de las acciones y prepara las tropas para un fuerte contrataque español.

 

Para la tercera fase de la batalla fueron los cubanos quienes recibieron el hostigamiento enemigo. El número de hombres resultaba desfavorable para la tropa mambí, quienes —contra todo pronóstico— continuaban generando pérdidas en las fuerzas españolas.

 

Habían transcurrido cinco días en penosas condiciones debido al clima, los mosquitos, la sed y el hambre. A la fecha del 19 de marzo la imposibilidad de dar sepultura a los caídos —cuyos números eran cada vez más altos— unido al desgaste del enemigo en semejantes circunstancias provocó su retirada a la ciudad e impulsó la victoria de los cubanos. Sin embargo, la tropa del Generalísimo también había sufrido numerosas bajas entre muertos y heridos, así como pérdidas considerables de valiosos recursos destinados al recorrido pendiente de la Invasión.

 

El resultado de esta dolorosa confrontación, si bien terminó en victoria a favor de los mambises, también provocó un notable atraso en los planes invasores por el tiempo que tomó restablecer la capacidad combativa de las tropas, y alertó al enemigo —que sufrió más de mil bajas— sobre la verdadera fuerza del Ejercito Libertador.

 

La Batalla de Las Guásimas fue uno de los combates más importantes de la Guerra de los Diez Años, también uno de los más sangrientos de todas las guerras de independencia. Gómez demostró de forma magistral muchos de los principios esenciales del arte militar y su impresionante genio como estratega.

 

A 150 años de aquellos días, Verde Olivo recuerda Las Guásimas no solo como el hecho que demostró que la Invasión ya era una realidad, sino también como el grito enorme y feroz de que los cubanos seguirían procurando, a cualquier precio, su libertad.

 

Tenía que ser un 15 de marzo.

  • Entre el 15 y el 19 de marzo de 1874 trasciende la más grande batalla de la Guerra de los Diez Años.

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