A dos días del Grito de Yara y con 19 años José Marcelino enfrentó el fuego por primera vez en un lugar llamado Soledad. Desde entonces nadie pudo detenerlo:ni el Pacto del Zanjón ni el acuerdo de Confluentes ni la prisión y mucho menos las balas. El único de los Maceo en las tres guerras. En definitiva, un Maceo:el León de Oriente.

En Santiago de Cuba, donde el pasado independentista es todavía más cercano, la Universidad de Ciencias Militares «General José Maceo», Orden Antonio Maceo,se erige como importante institución académica en la formación de oficiales para las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).

Fundada el 15 de septiembre de 1980,esta casa de altos estudios,con el nombre del gran héroe mambí José Maceo, combina tal herencia histórica con las exigencias docentes del siglo XXI; y,por tanto, prepara a sus cadetes para liderar las tropas terrestres en escenariosconvencionales y no convencionales.

Su plan académico para la formación de pregrado se estructura en tresperfiles:de mando, político y técnico. En el primero se gradúan como licenciados en Ciencias Militares; en el segundo, como licenciados en Ciencias Sociales; y en el tercero, como Ingenieros.

El perfil de mando está constituido por las especialidades de Infantería, Tanques,Artillería,Inteligencia Militar, Tropas Especiales y Logística; mientras que el perfiltécnicointegra las disciplinas de Tanques y Transporte, Cohetes y Municiones, Armamento, Óptica e Ingeniería Militar; especialidades —todas— incluidas también en ciclos cortos. En el caso de la licenciatura en Ciencias Sociales, está representada únicamente por la especialidad de Político Militar.

Por otra parte, como centro de posgrado, la universidad garantiza la superación de oficiales y trabajadores civiles en las diferentes ciencias militares y técnicas.De esta forma se actualizan los conocimientos y las investigaciones se enfocan en soluciones a necesidades objetivas de las FAR.

Todos los programas integran enseñanza teórica con instrucción en simuladores con tecnología virtual, adiestramiento en polígonos, campos de tiro y talleres. También es notable el estudio de la trayectoria militar y humana del General José Maceo como base formativa de los jóvenes oficiales. El análisis histórico de sus campañas hasta el estudio de su carácter, liderazgo e integridad personal se enseña como guía ética y para resolver problemas operativos actuales.Este enfoque de la docencia busca desarrollar habilidades y destrezas militares, pero también pensamiento crítico y compromiso.

Entre los logros más significativos que ostenta esta universidad oriental están la distinción de Proeza Laboral; el Sello 8 de octubre; el Sello 75 Aniversario de la CTC; la condición Colectivo Forjadores del Futuro; el Mérito al Humanismo, Sensibilidad y Solidaridad; la Medalla Conmemorativa 20, 30, 40 y 60 de las FAR; la Bandera de Honor de la UJC; el Sello 50 Aniversario del Sindicato Nacional de los Trabajadores Civiles de la Defensa; la réplica de la Plaza de la Revolución Titán de Bronce y el título de Institución Calificada.

Igualmente colabora con la economía local con la participación en la zafra de varios renglones, en la construcción de círculos infantiles—donde aportan alimentos gracias a producciones agrícolas propias—, en la reparación de hospitales y en el desarrollo de viales y carreteras del territorio.

La «Maceo» de Oriente demuestra que la excelencia es resultado de la calidad de la instrucción y la integración con el territorio. Precisamente, su ubicación en Santiago de Cuba —Ciudad Héroe de las guerras de independencia y de liberación nacional— refuerza el componente identitario en la instrucción.

No existen dudas de que la Universidad de Ciencias Militares «General José Maceo», Orden Antonio Maceo, es herencia viva de la figura que presta su nombre. Más que un prócer, José Maceo es guía moral y padre.  Y todos sus hijos, los hijos del León de Oriente, son la más sublime expresión del coraje mambí, las tácticas guerrilleras y la doctrina defensiva moderna.

Cinco esposas, cinco hijos y cinco cárceles. Más de 500 combates y 19 heridas. Serían los números los que contarían su historia. La vida de un hombre extraordinario narrada por cifras igual de asombrosas. Cinco de julio y un disparo en la frente para cerrar los ojos en el mismo sitio donde conoció el fuego. Cinco entierros. Cinco puntas de una estrella y, al centro y para siempre, el pecho del hombre más bravo del mundo.