Una nueva edición de la obra Reto a la soledad, bajo el sello de la Casa Editorial Verde Olivo, está al alcance del público lector. El libro es un relato de vida, un canto de amor a la resistencia ante la adversidad.

En ella Orlando Cardoso Villavicencio, su autor, comparte sus angustias de un cruel cautiverio en una prisión de alta seguridad de Somalia. Él era entonces un joven que cumplía su deber: el internacionalismo proletario. Fue a combatir por un país: Etiopía, que se defendía de su agresor: Somalia. Estaba preparado para vencer, convencido de que para lograr la victoria podía ser herido, mutilado…, muerto, nunca en manos del enemigo y menos aún, que en su persona se violaran preceptos de acuerdos internacionales, firmados incluso, por sus captores.

El Convenio de Ginebra del 12 de agosto de 1949 prescribe que el prisionero de guerra no es un criminal, sino un enemigo incapaz de tomar parte en el combate y que debe ser liberado finalizada las hostilidades, ser respetado y tratado humanamente mientras se mantenga en cautiverio; parámetros violados durante el largo encierro que sufrió.

Para los lectores será sin dudas, un libro de enseñanzas, llenará partes del vacío y los invitará a reflexionar en preguntas como: ¿Seré capaz de soportar limitaciones tan extremas?

Cardoso Villavicencio afirma que su cruel cautiverio le robó la juventud. Mirando desde otro punto de vista, esa década lo enriqueció como ser humano, reafirmó su conducta solidaria y lo vinculó para siempre con la música y la literatura. Hizo de él un revolucionario cubano cuyo ejemplo confirma que la libertad verdadera es la de la inteligencia y la del corazón.