El puertorriqueño Juan Rius Rivera, alcanzó los grados de mayor general en las gestas independentistas cubanas por la preparación y la valentía demostradas en los diversos combates en que participó.

Este boricua, nació en Mayagüez, Puerto Rico, el 26 de agosto de 1848 y con solo 22 años llegó a Cuba. Traía consigo los conocimientos aprehendidos antes de abandonar sus estudios de Derecho en la Universidad Central de Madrid y el ímpetu revolucionario del movimiento independentista que proclamó el Grito de Lares, contra el coloniaje español.

Él llegó a la mayor de las antillas, por las costas orientales, en una de las primeras expediciones que trajo hombres, pertrechos y sueños, tras iniciarse la contienda bélica cubana el 10 de octubre de 1868.

De inmediato se incorporó a las fuerzas militares dirigidas por el general de brigada José Inclán, con quien compartió arrojos y saberes. Entonces, el mayor general Calixto García Íñiguez, aprovechando sus conocimientos universitarios y el dominio de varios idiomas, lo nombró secretario del Estado Mayor, pero poco tiempo después, el boricua solicitó incorporarse al batallón de Holguín, para estar más vinculado a las acciones armadas. Su destreza militar le permite en 1874, dirigir el Regimiento de Caballería Céspedes.

Debe destacarse que se opuso a todos los procesos de sedición ocurridos durante las guerras independentistas. Además, fue uno de los leales oficiales que acompañó al lugarteniente general del Ejército Libertador, el mayor general Antonio Maceo, durante la Protesta de Baraguá, en 1878.

Al terminarse la Guerra de los Diez Años, Ruis Rivera viajó a Honduras, y después transitó por Filipinas, Egipto, India y Honduras. Hasta ese país centroamericano el Generalísimo Máximo Gómez dirigió un emisario para pedirle al compatriota puertorriqueño que se incorpora a la nueva contienda militar, conocida como la Guerra Necesaria.

Entendida la nueva misión, en carta a algunos coterráneos Rius Rivera les expresó que marcharía a Cuba a pelear, “a cumplir sagrados compromisos de conciencia”.

En 1896 llegó a Cuba, nuevamente en una expedición, pero en esta ocasión el vapor Three Friends, atracó por la zona occidental, en la provincia de Pinar del Río, donde lo recibió su amigo Antonio Maceo y allí es designado por su probada experiencia combativa, jefe del Quinto Cuerpo de Ejército de las tropas mambisas.

Tras la muerte en combate del Titán de Bronce, el 7 de diciembre de 1896, Rius Rivera fue promovido a comandante en jefe de las fuerzas pinareñas, hasta que el 26 de marzo de 1897, es herido en combate y capturado por las fuerzas españolas.

Hasta la prisión del Castillo de La Cabaña en La Habana llegó el mambí lastimado, pero con coraje suficiente para rechazar la oferta de libertad realizada por el político español Práxedes Mateo Sagasta, pues requería aceptar el proyecto de autonomía que promovía España. Su firmeza fue reprimida con una condena a cadena perpetua en el Castillo de Montjuich, en Barcelona, donde permaneció hasta el final de la guerra, en 1898.

Al regreso a su segunda Patria, en 1899 funge como Gobernador de La Habana y en 1900 como Secretario de Agricultura, Industria y Comercio. En septiembre de ese año, resultó electo por la provincia de Pinar del Río como miembro de la Asamblea Constituyente y estuvo entre quienes redactaron en 1901 la primera Constitución de la República independiente de Cuba.

No obstante, rechazó hasta las últimas consecuencias la Enmienda Platt, así como la corrupción y el entreguismo en el gobierno. Desilusionado, abandonó Cuba en 1907 hacia la nación centroamericana de su esposa, Honduras.

Años después de su muerte, el 20 de septiembre de 1924, sus restos fueron traídos a Cuba y depositados en el Cementerio de Colón. Como homenaje a la entrega de este digno revolucionario, en 1991 jóvenes puertorriqueños crearon la Brigada de Solidaridad con Cuba Juan Rius Rivera y desde entonces, más de mil 700 puertorriqueños han visitado la Mayor de las Antillas en los diferentes contingentes fraternales.