Leonor Arestuche Amieva, en Memorias de una combatiente clandestina, nos ofrece la valiosa historia de una muchacha común que se fue transformando en una mujer de vida excepcional.

Sus páginas, escritas bajo el sello de la Casa Editorial Verde Olivo, describen a aquella adolescente delgadita que sirvió de enlace clandestino entre provincias; participó en las conspiraciones insurreccionalesde la nación con el aparato guerrillero del Movimiento Revolucionario26 de Julio; se destacó en la lucha urbana; coordinó el asalto ala Cárcel de Mujeres de Guanajay; se vinculó alFrente Norte de Yaguajay y al Frente del Escambray y, de igual modo, desempeñó misiones en la batalla de Santa Clara.

El hilo conductor de sus memorias revela dos factores fundamentales: su identificación con el propósito de lograr la soberanía de Cuba y su participación en la gesta revolucionaria de los años cincuenta delpasado siglo.

En este libro narra su historia propiay la de muchos combatientes y dirigentes junto a los que participó en losterritorios del centro y el occidente de la Isla, tanto en Matanzas, su patria chica, como en Las Villas y La Habana.

Para la obra fue muy valiosa la participación de la historiadora Clara Emma Chávez. Ambas revisaron elorden de los datos incluidos, desde los orígenes familiaresy sociales, y, sobre todo, las referencias a los numerososcombatientes clandestinos con quienes compartió la autora.

Leonor nos deja en sus memorias los detalles desu vida y su entrega total a la causa patriótica y, como combatienterevolucionaria de la segunda mitad del siglo xx, pone derelieve la participación destacada y extraordinaria de jóvenes que, como ella, dejaron su impronta a las futurasgeneraciones.