Hace 66 años en un naranjal, a orillas del arroyo La Marea, en las cercanías de Cabonico, actual provincia de Holguín, el 28 de mayo de 1957 las tropas de la tiranía batistiana ametrallaron cruelmente a los expedicionarios del yate Corynthia.

El yate había desembarcado el 24 de mayo de 1957 por la playa Los Coquitos, en Cayo Saetía, Mayarí y trasladaba a 27 jóvenes revolucionarios al mando de Calixto Sánchez White, pertenecientes al Partido Auténtico. El propósito era abrir un nuevo frente guerrillero en la Sierra Cristal, al norte de Oriente.

Tras tocar tierra se produjo la deserción de dos expedicionarios, quienes en el trayecto por tierra cubana fingieron no disponer de fuerzas para continuar y escaparon. Capturados por la guardia batistiana, contaron todo y ayudaron a la localización de sus compañeros.

Junto a la delación, los pasos de los revolucionarios ya eran conocidos por el Servicio de Inteligencia Militar de Fulgencio Batista, que poseía, incluso, una lista de los participantes. Una persecución implacable ocurrió por las cercanías del lugar de desembarco, con el fin de impedir a toda costa que se asentaran en la sierra. Cerca del arroyo La Marea fueron masacrados 16 expedicionarios.

Los Mártires del Corynthia, honrados y recordados hoy por la Patria son: Calixto Sánchez White, Joaquín Ferrer de Blanck, Gustavo Ferrer de Blanck, Hubert de Blanck Ortega, Cleto Collado del Cueto, Luis Vázquez López, Ernesto Ceballos Baeza, Pedro Pablo González Mir y Roberto Martínez Reverón.

Además, Humberto Vinat Agüero, Jorge Prieto Ibarra, José Alberto Félix Suezcun Gutiérrez, Jesús Miguel Iglesias, Juan Fornes Pina, Sergio Sierra Cabrera y Saúl Delgado Duarte.

Durante la ceremonia de inhumación de los restos de los combatientes, el 28 de mayo de 1959, el líder de la Revolución cubana Fidel Castro se refirió a la página escrita por los mártires con una frase de Antonio Maceo: «Las revoluciones son consecuencias de las injusticias y han de estar de pie mientras exista alguna que reparar».