«En el mundo ha de haber cierta cantidad de decoro, como ha de haber cierta cantidad de luz. Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres.»¹: en nada se equivocó Martí. Mientras unos pocos incitan a las indisciplinas sociales y juzgan a nuestro gobierno y a su dirección. Mientras procuran hacer creer al mundo que Cuba está perdida, y no hacen nada por contribuir a nuestro bienestar social hay otros héroes, anónimos o mal visto por algunos quizás, que han dejado a un lado el beneficio propio por el beneficio del pueblo. Hombres que dejan de dormir, dejan atrás la familia y, hasta ponen en riesgo sus propias vidas con el objetivo de preservar la tranquilidad ciudadana ¿Quienes son ellos, entre otros muchos?: ¡Los miembros de las aguerridas «Tropas de Prevención!» En su gran mayoría jóvenes. 

Salen a las calles, día tras día, sin importar los sacrificios ni las adversidades que puedan hallar durante la prestación de sus servicios, porque son formados sobre la base de los ideales de nuestro eterno Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, el mejor discípulo del Apóstol.

 Los he visto, en mi paso por las calles, estar largas horas de pie protegiendo las tiendas de Monedas Libremente Convertibles (mlc), y corrigiendo a algún que otro indisciplinado en las colas. Los he visto desafiar lluvias, ciclones, derrumbes y tornados. Ayudar a un anciano a cruzar la calle. Socorrer a un accidentado. Han hecho crecer el valor de sus boinas rojas y sus uniformes verde olivo,ese uniforme que con tanta delicadeza diseñara una vez nuestra heroína Vilma Espín. Se han convertido en espejo para nuestra población. 

No hay engaño posible para quienes, con valentía política y moral, defienden con firmeza, nuestra bandera.

Esos son los hombres de los que habló José Martí, los que llevan en sí el decoro de muchos hombres. El decoro que les falta a los que difaman a diario de nuestra Revolución, pero que jamás se han lanzado para aportar nada por los suyos. Esos que se dejan engañar por aquellos que desde lejos invitan al desorden social, que pretenden confundir a toda costa a nuestro pueblo, imponiendo una ideología contrapuesta a nuestros principios revolucionarios.

No podemos ocultar nuestra verdad, ni nuestra opinión acerca del enemigo y su juego sucio, porque nuestro Héroe Nacional nos enseñó que: «La opinión enérgica es tan poderosa como la lanza penetrante: quien esconde por miedo su opinión y como un crimen la oculta en el fondo del pecho y con su ocultación favorece a sus tiranos, es tan cobarde, como el que en lo recio del combate vuelve grupas y abandona la lanza al enemigo.»²*

«De altar se ha de tomar a Cuba, para ofrendarle nuestra vida, y no de pedestal, para levantarnos sobre ella.»³* De Cuba somos, y a ella nos debemos. A esa Cuba que, a pesar del injusto bloqueo, jamás abandona a los suyos, jamás abandona a su pueblo agradecido que siempre la acompaña. Esa Cuba solidaria que hoy grita más fuerte que nunca ¡Patria o Muerte! ¡Venceremos!

Bibliografía

¹ José Martí, Edad de Oro, julio de 1889; Tomo 18, página 305.

²*José Martí, Discursos, Estados Unidos; Tomo 28, página 332.

³* José Martí, Discursos, Tampa, EE.UU., 26 de noviembre de 1891; Tomo 4, página 269.