Duradero y eterno

01 de Diciembre de 2023

Foto: Jose Luis Cruz Girbau

Hace par de horas no dices nada. La nave se desplaza lenta y silenciosa sobre el agua. Puedo intuir que estás preocupado, me lo dice tu rostro, tu mirada fija en las ondas que golpean el casco de la embarcación. ¿Cómo podría saber yo cuánto de responsabilidad y dolor habitan en el corazón de un hombre cuando camina rumbo a la guerra?

 

     Todos hablan de tu arrojo, de ese tremendo coraje, pero percibo sobre tus hombros el peso de ochenta y dos vidas. ¿Cómo podría decirte yo?, yo que aún no he nacido, yo, que solo soy una idea en tu cabeza, un sueño del día de mañana; que estos hombres amontonados sobre la cubierta del barco y todos aquellos que aún están por llegar, te mostrarán el verdadero sentido de la palabra valentía.

 

      Amanece sobre el pantano de Las Coloradas. Así comienza esta historia. Y yo, nosotros… las Fuerzas Armadas Revolucionarias, estamos a punto de nacer.

 

     “Todo fue planeado, porque desde la prisión ya planeábamos la guerra en la Sierra Maestra. Pensábamos reunir trescientos hombres con armas automáticas. Después llegamos a ochenta y dos y una sola arma automática, una ametralladora, pero ¿qué importa? Con mucho menos se hubiera podido hacer todo eso. Se demostró después.

 

     “Es por haber vivido todas esas etapas, todo ese largo recorrido que empezó por el Moncada, siguió por el Granma, continuó con la invasión. Fue un largo recorrido. […] ¿Qué volvimos a reunir nosotros en Cinco Palmas? Siete armas […] ¡Siete! Y al fin y al cabo hubo que hacerlo todo para siete armas. Cuando el Moncada habíamos reunido ciento sesenta, cuando el Granma, ochenta y dos hombres y ciento y tantas armas porque traíamos algunas de reserva. Y al fin y al cabo tuvimos que hacerlo todo con mucho menos hombres, con muchas menos balas tuvimos que empezar y con muchas menos armas. Y uno tiene derecho a sacar la conclusión de que se podía haber empezado por aquí o por allá. Pero de esas cosas no se puede hablar porque son cosas que han adquirido el carácter de sagradas y uno no se siente con valor para tocar esas cosas que son sagradas”.*

 

     Siete, doce y cinco. Esos fueron los números con los que empezamos. Las cifras enemigas superaban los ochenta mil. La matemática no falla, decían las miradas de algunos. Pero tú sabías que además de armas y hombres podías contabilizar los árboles, las montañas, algunas cuevas, el cielo nocturno, el sótano de los bohíos, y mucho más que solo cinco palmas. La Sierra entera fue el mejor de los escudos y por mucho que la amaste, también tuviste que abandonarla para conseguir esa misma libertad para otros. Yo no podía hacer otra cosa sino seguirte. Rebelde te llamaron. También ese fue mi primer nombre.

 

     “La tarea era posible pero la experiencia no la teníamos. Ideas… algunas ideas que se fueron formando, alguna intuición, alguna vocación. Ya después sabíamos lo que teníamos que hacer. […] Si toda la experiencia con que terminamos al final la hubiéramos tenido al principio, habríamos ahorrado tiempo y habríamos hecho mejores cosas”.

 

      A ti no te tomó por sorpresa. Cuando todos creyeron que con la victoria, la guerra había terminado, fue cuando empezó verdaderamente. El enemigo esta vez más poderoso, más siniestro.

     Fue entonces cuando tus manos de hombre útil estrecharon las mías y en ese gesto entendí que había llegado la hora de crecer. Y eso hice: una isla entera de verde olivo en solo pensamiento.

 

      “Uno se siente muy orgulloso de las Fuerzas Armadas, muy orgulloso.  Siendo las Fuerzas Armadas una preciosa continuación histórica de nuestras primeras luchas. Desde que se levantaron allá en La Demajagua hasta el último disparo que hayamos hecho en la paz […] pasando por las misiones internacionalistas que fueron páginas de una gran brillantez que algún día la historia reconocerá.

 

     “Tienen un papel especial las Fuerzas Armadas en nuestro país. Ya de eso yo hablé cuando el Primer Congreso en aquel largo discurso. ¿Qué eran nuestras fuerzas armadas? ¿Qué era el Ejército Rebelde? ¿Cómo condujo al pueblo a la victoria? ¿Cómo se fundó un partido? Y ¿cómo el Ejército Rebelde le entregó al Partido la bandera de la Revolución? Pero pienso que Partido, Pueblo y Fuerzas Armadas constituyen un todo inseparable, único. Tú no puedes hablar del Partido sin hablar de las Fuerzas Armadas. No puedes hablar de las Fuerzas Armadas sin hablar de Pueblo. No puedes hablar de las Fuerzas Armadas sin hablar de millones de combatientes.

 

     “Sé cómo son nuestras Fuerzas Armadas y la confianza infinita que despiertan. En Girón, en Sudáfrica, en Namibia, en todas aquellas zonas donde han estado… en Etiopía, uno siempre tenía la seguridad de la eficacia y de la victoria.

 

     “Además está nuestra capacidad con el concepto de Guerra de Todo el Pueblo, de adaptarnos a las circunstancias de haber estado más de cinco años, seis años sin recibir un arma, y ser hoy más fuertes de lo que éramos antes”.

 

     Las aguas oscuras dificultan el traslado del armamento. Avanzas despacio porque llevas más de cien libras encima. Raúl queda en el barco organizando la operación como todo buen líder de lo que seré en el futuro. Por más de dos horas temes que no podamos lograrlo. La aviación fue informada y nos acosa.

 

    Ahora… ahora toca luchar. Ahora y cuando no estés también. Algún día, previendo ese momento, dirás: “…mi ausencia física […] no haría el menor daño a nuestra capacidad de lucha y resistencia […] cada hombre puede llegar a ser su propio comandante en jefe”.

 

     Pero no soy tú, porque es imposible replicar tu entereza. En cambio, fui tu futuro y soy tu mejor legado.

 

     Amanece sobre el pantano de Las Coloradas. Aún no termina esta historia. Solo espero ser todo lo que soñaste.

 

      “Un día como hoy todos nos sentimos felices. Todos nos hemos sentido emocionados. Un día como hoy no podrá olvidarse nunca. Un día como hoy repercutirá todo lo que perduren nuestras vidas.

 

     “En lo que son, en lo que han sido y en lo que serán ha tenido una influencia decisiva Raúl. Con su estilo y sus métodos de trabajo, su constancia, su tenacidad, su disciplina y su ejemplo, ha logrado este milagro de organización que tenemos y que conozco muy bien.

 

      “…yo experimentaba los más fervientes deseos de tener esto que tenemos hoy, esto que desfiló hoy, como algo que debe ser y será. Duradero y eterno”.

 

Referencia:

  • Fragmentos de la entrevista concedida por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz a la Televisión Cubana en ocasión del aniversario 40 del desembarco de los expedicionarios del yate Granma y Día de las FAR, 2 de diciembre de 1996.

Artículos del autor:

Comentarios

En este sitio no se admiten comentarios que violen, incumplan o inciten a romper legislaciones cubanas vigentes o atenten y dañen el prestigio de alguna personalidad o institución, así como tampoco aquellos que contengan frases obsenas, groseras o vulgares. Verde Olivo se reserva el derecho de no publicar los comentarios que incumplan con las normas antes expuestas.

To prevent automated spam submissions leave this field empty.
CAPTCHA
Esta pregunta es para probar si usted es o no una persona real e impedir el envío automatizado de mensajes basura.
CAPTCHA de imagen
Introduzca los caracteres que se muestran en la imágen.