La agresión de la OEA y la dignidad de un canciller
¿Cómo no me voy a reír de la OEA
Si es una cosa tan fea
Tan fea que causa risa?
Ja ja ja.
Carlos Puebla
Las agresiones a Cuba y su Revolución habían comenzado desde enero de 1959, cuando —a raíz de los juicios contra torturadores y asesinos— se desató una campaña de calumnias a la que se respondió con la Operación Verdad (21 de enero). En su escalada, el 1o de julio de 1960, Estados Unidos anunció la supresión de la cuota azucarera,en lo que el pueblo denominó «ley puñal». El Gobierno Revolucionario aprobó la Ley no. 851, del 6 de julio, nombrada popularmente «ley escudo», que autorizaba la nacionalización, por vía de expropiación forzosa de empresas o bienes de Estados Unidos. El 6 de agosto, Fidel daba a conocer la respuesta de Cuba en el I Congreso Latinoamericano de Juventudes, cuando anunció la nacionalización de diversas compañías yanquis —teléfonos, petróleo y electricidad— y de los 36 centrales de mayor volumen. Por supuesto, afectados sus intereses económicos, Estados Unidos no se detendría en su guerra contra Cuba.
En medio de ese clima, la OEA convocó la VII Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores, que se realizó en San José de Costa Rica (22-29 de agosto de 1960). Incluso, antes de que se iniciara el cónclave, Fidel denunció que era una maniobra contra Cuba.
El día 25, tocó a Raúl Roa García, canciller cubano, hacer uso de la palabra y su voz se elevó en enérgica denuncia y se apoyó en lo más preclaro del pensamiento americano: «“Los Estados Unidos parecen destinados por la providencia para plagar a América de miserias en nombre de la libertad”. Por si alguno de esos titulados expertos latinoamericanos se apresuran a achacarle a Carlos Marx la paternidad de ese dictum, me permito aclararle que fue estampado por Simón Bolívar en carta al coronel Campbell. “El respeto al derecho ajeno es la paz”. Fue Benito Juárez, y no Carlos Marx, el autor de esa lúcida advertencia. “Viví en el monstruo y le conozco las entrañas; y mi honda es la de David»; no lo dijo Nikita Khrushchev [sic]; lo dijo José Martí». Y concluyó Roa: «Ese lenguaje de pura cepa americana es el lenguaje de la Revolución Cubana».1
Tras la votación contra la propuesta cubana que denunciaba la agresión a un Estado por otro Estado del continente americano, en la noche del 28 de agosto, la delegación cubana se retiró de la reunión.Antes, el Canciller de la Dignidad había expresado: «Señor presidente y señores Cancilleres: la delegación de Cuba que me honro en presidir ha decidido retirarse de esta Reunión de Consulta de Cancilleres Americanos.
»La razón fundamental que nos mueve a ello es que no obstante todas las declaraciones y postulaciones que aquí se han hecho en el sentido de que Cuba podía tener en el seno de la Organización de Estados Americanos a la cual pertenece, protección y apoyo contra las agresiones de otros Estados americanos, no han tenido eco, resonancia ni acogida alguna. Me voy con el pueblo, y con mi pueblo se van de aquí los pueblos de Hispanoamérica».
La aprobada Declaración de San José de Costa Rica atentaba contra la soberanía de Cuba, cuya vozenérgica y unánime se escucharía el 2 de septiembre en la primera Declaración de La Habana.
Referencia
1 Las palabras de Roa están tomadas del periódico Revolución, 29 de agosto de 1960, pp. 1 y 2


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