Las mujeres cubanas, hijas dignas de esta Patria indomable, libres, independientes y soberanas, como ella, reafirmamos cada 23 de agosto nuestra fidelidad a la Revolución, esa que nos unió bajo el principio de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) hace 63 años.

Nuestra vocación de escuchar, servir a un proyecto colectivo y perfeccionarlo, ha sido un estilo heredado de la escuela de Fidel e inédito en el mundo de hoy. Por ello continuamos hacia nuevas metas, fortaleciendo la formación de valores en las familias y la sociedad que construimos.

Nada ensombrecerá las ventajas que en materia de igualdad, empoderamiento e inclusión social hemos alcanzado en estos años de triunfo revolucionario, al ser protagonistas y beneficiarias directas de proyectos encaminados a la protección de la Salud y la maternidad, la multiplicidad de fuentes de empleo, el ascenso a puestos de dirección y toma de decisiones, la visualización de nuestro quehacer en todas las ramas de la creación artística y mucho más.

Hoy, combatimos la campaña de tergiversación mediática contra la Isla, desde las enseñanzas de la presidenta eterna Vilma Espín Guillois. Contamos para ello con la autoridad moral ganada en estas más de seis décadas de la FMC y el estatus dado por el gobierno.

No por gusto en Cuba existen más de cuatro millones de federadas; de las cuales el 44 por ciento son jóvenes; y cada año ingresan a la organización aproximadamente cincuenta mil muchachas de manera voluntaria.