La gesta independentista encuentra en las abanderadas, una de las primeras mujeres prestas a defender la libertad nacional. La historia Patria valida el arrojo y la radicalización del pensamiento femenino, el cual supera a su tiempo, para ubicarse a la par de reconocidos próceres de la Guerra de los Diez Años.

José Martí ensalza en prosa y versos a la cubana. Del filo de su pluma, la tinta precisa para homenajear a Mariana, María Cabrales… Reconoce el Apóstol el papel definitorio de la dulce voz, que enérgica se confunde con los disparos en el fragor de la batalla. Cuando a la pelea le hace falta hombres, la piel suave sujeta el mango del machete y toda la asperidad del arma se vuelve nula. Cabalgan los rizos sobre la sabana. El tiempo legitima la importancia del quehacer revolucionario de las féminas dentro del proceso emancipador. Crecen mariposas en la Sierra Maestra, al lado del Caguairán mayor. Ellas le siguen, por dondequiera que el paso certero las guíe: curan heridos, combaten, remiendan uniformes…

Una de esas flores se consolida en Oriente, en medio de la clandestinidad. Forjada de bravura rebelde, marcha a las montañas. Su nombre y voz repican en el triunfo de 1959 para representar el sentir femenino de toda la Isla. Defensora de la mujer, crea una federación que las unifica en torno a sus derechos.

Vilma Espín Guillois atenta, dedicada, tangible, briosa… define el rol y la responsabilidad de la cubana en la construcción del socialismo, porque la fémina “ha sabido decir presente cada vez que ha sido necesario”, expresó la heroína a Verde Olivo años atrás.

El país lamenta su pérdida física. Pero el testamento moral legado, perpetúa el recuerdo y accionar. Las Marianas de hoy constituyen un eslabón imprescindible en el trabajo técnico productivo; ocupan cargos de dirección, reafirman su calidad de doctoras, especialistas e investigadoras en diversas ramas de estudio de la sociedad. Muchas se incorporan a las Fuerzas Armadas Revolucionarias para proteger celosas, la integridad de la Patria.

Trascienden como célula principal de la familia. Se mantienen austeras, coquetas, intransigentes, profundas… Listas para enaltecer la nacionalidad, cobijan en sus almas el olivo de la mariposa.